Hace poco haciendo deporte alrededor del Parque Simón Bolívar vi con asombro cómo los biciusuarios invadían el carril vehicular, ocasionando dos accidentes de los cuales fui testigo, todo por no andar en la ciclorruta que está construida para evitar esta clase de episodios. Esto me ha motivado a hacer la invitación a los biciusuarios para que dejen la terquedad a un lado y hagan uso de la infraestructura especial para ellos. No pueden haber más muertos en la vía solo por un capricho que puede corregirse de alguna manera.
Si bien es cierto que en las calles de Bogotá, como en todas las carreteras del país, el biciusuario corre peligro, muchas veces por la imprudencia de los conductores que no respetan a quienes andan en los caballitos de acero (y en muchas ocasiones han atropellado a centenares de ellos), no se puede desconocer que otras veces es por cuenta de su misma imprudencia.
Ante esto debo decir que veo con asombro que la gran mayoría de biciusuarios de Bogotá no hacen uso de la ciclorruta, más bien la ignoran, prefierendo arriesgar su vida y la de los demás al circular en la carretera vehícular. Sin embargo, lo que más me llama la atención es la omisión de las autoridades de su conducta.
De hecho, ante su falta de acción, en varias ocasiones en forma pedagógica me ha tocado llamar la atención de los biciusuarios y decirles en un tono amable que la ciclorruta se ha construido para que ellos la disfruten (ya sea yendo a sus trabajos, haciendo deporte con su familia, desplazándose más cómodo, etcétera), ya que de lo contrario pueden hacer parte de las cifras de accidentalidad... todo por transitar en la infraestructura indebida.
Y ante el aumento de accidentalidad de biciusuarios, insisto que es lamentable que las autoridades administrativas como de policía no tomen medidas correctivas, por lo que propongo la implementación un comparendo pedagógico para concientizar a quienes andan en bici de que no pueden incrementar la cifra de fallecidos por esta imprudencia que se puede evitar.
Es urgente hacer una concientización sobre el valor de la vida para que los biciusuarios hagan uso de la ciclorruta y no arriesguen su existencia por un capricho al invadir los carriles destinados a los autos (en un país tan violento no vale la pena perder la vida por imprudencia). A la par, es importante hacer algo para que los conductores respeten a los ciclistas y a los motociclistas, quienes suelen tener la misma suerte de los primeros.
Hace poco nos enteramos de que Nairo Quintana, en un entrenamiento en las carreteras de Boyacá, fue impactado por uno de esos conductores imprudentes, que de pronto no han sido concientizados del valor de la vida y del respeto de los ciclistas y motociclistas que se cruzan en su viaje. Por eso es importante que todos los actores viales se instruyan para evitar estos fallecimientos que causan tanto dolor.
