No necesitó un arma de fuego ni gritar “la plata o la vida”. Tampoco, acudir a ningún mecanismo coercitivo. Bastó una sonrisa bonita, unos ojos coquetos y algo más de sus encantos corporales, para que no uno sino varios cayeran rendidos a sus pies. Y los robó.
Eso solo ocurre en un país macondiano como Colombia. No en vano hace carrera el refrán popular: “Más vale precaución que policía”.
La falsa policía que tiene una habilidad incomparable para camuflarse, como los camaleones, la hizo primero en Bogotá y luego en Cali, que es el caso más recientemente.
“La invito a almorzar, mi teniente”
Tenía varios perfiles en las redes sociales. Dictó clases en la Institución Educativa Distrital Ricaurte, ubicada en el centro de Bogotá.
Se presentó como la teniente Paola Restrepo. Todos estaban encantados. Tenía apariencia de ángel pero caminado de diabla. "Aquí varios profesores la invitaron a almorzar, cenar y a comer hamburguesas “fin del mundo”, esas de tres pisos que le dejan untados los dedos con toda clase de salsas", relató Rosario Páez, quien conoció del caso.
Pero esas eran sus víctimas más sencillas. Iba por lo grande. En esa dirección, conquistó a varios agentes.
Los seducía y, luego, los engatusaba para que hicieran préstamos cuyo dinero terminaba en su bolso. "Gracias, eres inolvidable. Y de mí tampoco te olvidarás", les decía con un guiño de ojos.
En efecto, muchos no la olvidan, sobre todo cuando llega el pago y en el registro de nómina figura lo que deben cancelar.
Otras víctimas de sus encantos
Las lenguas viperinas que no faltan en ninguna parte, dicen que también han sucumbido uniformados del Ejército y del Inpec.
"Ellos azarados pagando deudas, y ella tomando cóctel de coco loco y bronceándose en alguna playa de la Costa Atlántica", exclamó sonriendo un policial que no cayó; no porque no quisiera, sino porque no tenía capacidad de pago.
Así las cosas, uno no sabe en quién confiar. Cada vez que una agente agraciada se acerque a requerir su identificación, pídale primero la de ella. No sea que lo dobleguen sus encantos y lo incluyan en Datacrédito por no pagarle una culebra a la teniente Restrepo…