“Según las cifras registradas en la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC), todos los fondos de pensiones en Colombia cobran 3 % sobre el total del Ingreso Base de Cotización, de los cuales una parte va para la comisión de administración y otra para el pago de seguros previsionales”. En diario La República, 16-03-2022
Usted quiere comprar un apartamento de 100 millones, pide un préstamo de 30 millones. El banco le ofrece el crédito a una tasa del 3 % anual, que se asume es bastante barato. Buen negocio, pero para el banco, ya que el 3 % se lo cobra no por el monto del crédito sino por los $100 millones del precio del apartamento.
Esta situación, ilógica desde el punto de vista financiero, es la esencia del “buen negocio” de los fondos privados de pensiones. El valor de la comisión “Flat”, inmediata, por el mero favor de recibir los ahorros, es del 3 % sobre el ingreso básico de cotización, es decir por el sueldo que el ahorrador está recibiendo, no por el monto del aporte.
De esta manera el fondo administrador, por meramente recibir los recursos que aún no han comenzado a administrar recibe una renta tasada sobre una base que no es la correcta. En contraste el ahorrador tiene un descuento de los recursos para su pensión, que solo se recuperan, con la rentabilidad de sus propios ahorros en un lapso de varios meses.
Los aportes de pensiones generan una rentabilidad para la AFP que supera por muchas operaciones financieras con riesgo, tipo tarjetas de crédito.
Conlleva lo anterior una renta abusiva para el administrador, en detrimento del afiliado.
La lógica y equidad de ese negocio debe situarse en que se le retribuya al administrador un porcentaje razonable sobre lo que rente por lo administrado, resultado de su gestión y no por la proporción de lo que recibe.
Algunas cifras:
Tomemos como ejemplo un salario de un millón de pesos.
El aporte a pensiones equivale a $160.000 mensuales. Las comisiones y costos financieros aplicados no sobre el aporte sino sobre el salario, bien puede ser de 3% facial, pero es del 19% efectivo sobre el monto del aporte.
De esta manera, el sistema financiero recauda de manera inmediata el equivalente de la rentabilidad que el aportante (dueño de los recursos) recuperaría en condiciones de extremo desempeño (18% efectivo anual) en quince meses. Con una rentabilidad “normal”, el aportante debería esperar de 23 a 33 meses para recuperar el monto que instantáneamente beneficia a las entidades financieras y administradoras.
Otro aspecto para considerar
Si alguien repara en que ese monto de tan solo $30.000 mensuales no es significativo, debemos acercarnos a los montos agregados.
Una estimación de las cifras involucradas en este “negocio”, parten de los aportes a Cajas de Compensación Familiar. En el año 2020 el monto fue cercano a $7.7 billones. Ello permite estimar el monto de los pagos por nómina de alrededor de $190 billones. Por ende, un aporte del 16% (por pensiones) cercano a los $31 billones, el 19%, porcentaje de descuento efectivo establecido previamente indica que el costo bruto a cargo de los aportantes ronda los $5.8 billones año.
Las cifras publicadas por Asofondos y Colpensiones dan cuenta sobre que aproximadamente el 70 % de las personas están afiliadas a fondos, lo que implica que el costo financiero de esos descuentos automáticos es cercano a los $4 billones anuales.
Cuando soy el sector financiero, qué buen negocio. Estiro la mano. Recibo los aportes. Y por ese simple gesto recibo cuatro billones al año. Sin haber realizado ningún esfuerzo ni ejercicio de administración.
Si soy el conjunto de aportantes, no he notado que con técnicas de Roben Hood, y la aplicación de un atraco a ley armada, estoy financiando una parte de los excelentes resultados del sector financiero.
Corolario
Las AFP no están administrando el IBC, ellas no son entidades que pensionen, son simples administradoras de los recursos dispuestos. Por ello no tiene ningún tipo de lógica que se le remunere por la recepción de aportes, y menos sobre una base que no es la apropiada.