El lugar escogido por la artista Beatriz González para exponer sus últimos trabajos, realizados desde la recta final de la pandemia fue el espacio de arte y memoria Fragmentos que se creó para albergar la escultura realizada con los fusiles fundidos de las Farc por Doris Salcedo.
No fue una decisión accidental porque la exposición Bruma busca recrear la memoria de la guerra y el dolor de los colombianos cubierta por la bruma. Permanecen aún tantos nombres, tantas vidas destruidas, tantas historias, tanta verdad sin contar.
La curadora María Belén Sáez de Ibarra organizó la muestra con 27 obras reunidas alrededor de una gran instalación realizada en papel de colgadura elaborado con base a las Auras anónimas que forman el monumento en los columbarios del Cementerio Central. También están expuestas 20 pinturas recientes y seis libretas de dibujo realizadas desde la pandemia.
El inicio de este proyecto fue a comienzos de este año 2022, cuando Doris Salcedo invitó a la maestra Beatriz González a exhibir en Fragmentos alrededor de 900 lápidas de Auras anónimas que están en el Cementerio Central de Bogotá, pero que por su complejidad no se pudo realizar y entonces Bruma.
“Aquí se retoma la intención que tiene mi obra, que es la repetición, porque hay que insistir mucho en Colombia, en ciertas frases, en ciertos pensamientos; es una insistencia en la situación del país, es una insistencia en que no se repita más”, señala Beatriz González.
La exposición contiene también una vitrina de 15 metros como recurso de exhibición, donde se muestran otros personajes de Beatriz González que existen en las lápidas del cementerio de San Lorenzo, en Medellín. Son los “Excavadores”, cuyas figuras anónimas y sombrías cavan en la oscuridad incierta de la tierra.
Beatriz González regresa con su temática que ha estado presente en su obra: imágenes que aluden a la muerte violenta y a la desaparición forzada, solo que esta vez, como la memoria están cubiertas por la bruma.
La inauguración de esta gran exposición fue la oportunidad para reunirse, después de más de dos años en pausa por la pandemia, la gente de la cultura que celebraron además la consagración de esta artista santandereana, única en la historia del arte moderno colombiano. Fue también un momento para el reencuentro y los abrazos.