El empresario Maurice Amitage le hizo pausa a sus negocios para medírsele a ser alcalde de Cali en el 2014. Se metió al barro y encontró una ciudad rota, con unos abismos entre una gran población empobrecida, miles de Jóvenes en las barriadas ignorados y sin oportunidades y una élite económica a la que el pertenecía, desconectada e indolente.
Decidió enfocar su Alcaldía a intentar resolver los problemas sociales, pero la bomba de tiempo estaba allí y en cualquier momento podía explotar. Como ocurrió y le explotó a su sucesor Jorge Iván Ospina, tal como lo explica en esta conversación con Juan Manuel Ospina
Juan Manuel Ospina: Maurice Armitage, alcalde hasta hace poco, conoció de primera mano la realidad, ¿por qué Cali se convirtió en el epicentro de la protesta?
Maurice Armitage: Comienzo por la experiencia que tuve en la alcaldía, aprendí a conocer la gente, y venía de hacer trabajo social de años atrás en Siloé, a Aguablanca y ver las realidades. En la alcaldía me encontré con algo peor . Me encontré con un conglomerado de gente en una situación tan difícil que siempre pensaba, esto cuándo va a estallar. Era solo cuestión de tiempo.
La gente se acostaba, 110 mil personas, sin comer. Había hambre. Empezamos a trabajar con los comedores comunitarios y nos encontramos con 6.000 muchachos vueltos pandilleros, desubicados, sin posibilidades de nada, hijos de familias que tenían hambre, que las mamás mandaban a rebuscarse para ver que traían para el almuerzo. Resolver los problemas de hambre era una urgencia; les dimos salario y posibilidad de empleo y con eso bajamos en algo, los niveles de violencia.
Esos muchachos en esa época eran 6.000, ahora estamos llegando a 10 mil muchachos pandilleros que no les importa morirse porque no tienen alternativa. Allí el Estado tiene que actuar y la comunidad también. Fui muchas veces las que fui a esos barrios y se me salían las lágrimas.
JMO: Estos muchachos son jóvenes pobres, jóvenes sin futuro, que no tienen ni estudio ni trabajo, los famosos Ni Ni, ellos, frente a la sociedad, ¿qué tenían? ¿agresividad, resentimiento, indiferencia? La violencia como manera de decir, q que estamos y no nos olviden, no nos evaporen, no nos hagan invisibles…a los golpes, pero nos tienen que reconocer. ¿Qué ves?
A.M: Más que un problema de aceptación, es un asunto de subsistencia; necesitan un salario para poder llevarles la comida a la casa. Yo no diría que se trata de un movimiento organizado, es una desazón económica y social, una desesperanza. Yo no la cobijaría como una algo organizado; la veo como una expresión humana por tratar de surgir; el agradecimiento hasta de las mamas, siquiera me sacó a mi hijo de la posibilidad de que lo maten. Ya por lo menos está haciendo algo, tiene posibilidad de trabajar, de ganarse algo. La salida más importante es la económica, y estudiar con hambre si que es duro.
JMO: ¿Acá lo hay una lucha por la subsistencia, por sobrevivir. Y se la buscan como sea?
AM: Y la parte más triste es que esos muchachos tienen veinte años que ya tienen hijos para alimentar y tremendo lío. Reclaman un derecho de vivir. Esto es muy triste porque yo tengo claro que esta sociedad se tiene que involucrar y ahì viene la parte empresarial. Me cansé de ir a muchos sitios, y hasta se burlaban de mi, a decir por favor, ayúdenos calmar el problema social de la ciudad , invité a industriales a los comedores comunitarios; y tengo que reconocerle a la iglesia ese trabajo, a ese gran cura que se llama el padre Leudo. La gente me decía en los congresos en la ANDI era “esto es paternalismo, uno no tiene que darle comida a la gente”.
Eso puede ser en un país de primer mundo, pero no aquí, en Cali, Colombia hay que darle comida. Por eso la gente explotó. Este paro y esta angustia y esta zozobra, lo único positivo que le veo es que los que tenemos y los que no tienen, nos tenemos que entendernos para sacar este país adelante. Esto no es de izquierda ni de derecha, esto es de saber que tenemos que ser capaces de generar trabajo, progreso y desarrollo -
JMO: Es hasta un problema de supervivencia egoísta. Usted no puede ser próspero en medio de un mar de miseria, esa prosperidad que se va irrigando va subiendo el nivel de todo el mundo. A veces pensamos que solo el Estado tiene la solución y esto también convoca a los empresarios, tienen un responsabilidad.
AM: Así es y allí entra el Maurice empresario. La gente le dice a uno con mucha facilidad, es que mi obligación es pagar impuestos y punto. Hasta allí llegó. Eso no es así. Nosotros como empresarios tenemos que aportar, no sólo los impuestos sino parte de las utilidades que nos sobren para sacar una sociedad adelante. No sólo podemos exigírselo al Estado. La responsabilidad de los empresarios de Cali. Nos tenemos que volcar para ayudar a la gente. Hay que redistribuir el ingreso, no estoy hablando de regalar.
No, nunca me olvido que dije en una reunión en Bogotá, les dije a la gente “Nosotros los que tenemos privilegios somos los que hemos tenido la oportunidad de dinero es los que tenemos que aportarle a la sociedad” y ¿cómo se lo aportamos? Pagándole a la gente mejor. Distribuyendo mejor. Eso no es comunismo, eso es capitalismo.
La crisis de Cali nos llama a recapacitar, todos tenemos que dar la mano. No es solo el Estado el que tiene que aportar sino nosotros como empresarios tenemos que aportar.
