En columna anterior prometí dedicar un espacio a difundir las ideas de Gordon Porter, el famoso educador canadiense, que visitó Colombiahace un mes. Porter es un experto mundial en temas de inclusión en el aula. Ha sido profesor de primaria, bachillerato y universitario, investigador y rector de colegios. Actualmente es Director del Programa de Educación Diferenciada de Canadá, país que desde hace tiempo se dio cuenta que la inclusión no es un privilegio sino un derecho porque todos somos distintos, sea por el género, la raza, la religión, los ritmos de aprendizaje o las capacidades cognitivas.Todos aprendemos distinto y, por lo tanto, la enseñanza se debe ajustar a esas diferencias.
Gordon Porter fue traído por el Colegio Nuevo Gimnasio de Bogotá, institución pionera en temas de educación, inclusión y diferenciación. También fue invitado a la Escuela de Maestros del Gimnasio Moderno en la que dio una conferencia abierta a profesores de colegios oficiales, privados y universitarios. Esta charla puede ser vista en www.gacetadocente.gimnasiomoderno.edu.co
Porter habló desde su conocimiento y sus investigaciones, pero sobre todo lo hizo desde la experiencia de alguien que ha sido profesor toda su vida, que ha enseñado a leer y a escribir, y que ha transformado la vida de miles de niños y jóvenes. Alguien que ha investigado en las aulas y que siente una profunda pasión por sacar adelante a personas con dificultades de aprendizaje. En ese sentido, su voz es más que autorizada: Porter, en su corazón, antes que orientador de políticas públicas, es un maestro.
Su charla y su experiencia nos dejan varias cosas para reflexionar y para tratar de implementar. Su propuesta metodológica para “atacar” el tema de la inclusión –y que puede ser extendida a otras dificultades de los colegios— se denomina Teachers Helping Teachers (profesores ayudando a profesores).
Porter narró la experiencia de New Brunswick, en Canadá, una provincia con pocos recursos que en los años 80 transformó su sistema educativo para lograr la inclusión. Era un sistema primitivo y los educadores debían ser creativos pues contaban con pocos recursos. Ese grupo entonces se dio cuenta que no podía depender de la capacidad de expertos externos sino del talento de sus propios maestros, pues no tenían la posibilidad de contratar asesorías. Así, su foco se convirtió en descubrir qué debían hacer los colegios para que los profesores “normales” pudieran acomodar la inclusión en sus salones con los niños con dificultades, sin contar necesariamente con apoyos externos de especialistas.
Porter concluyó que la falta de éxito escolar
se debía a la dificultad para cambiar
la mentalidad de los maestros frente a los casos difíciles
Porter dirigió la iniciativa. Al cabo de un tiempo, se dieron cuenta que el 90 % de los casos en los que un profesor necesita ayuda, ésta puede ser brindada por alguien del mismo colegio. Este fue un descubrimiento esencial que permitió transformar el sistema y lograr resultados valiosos, sin necesidad de recursos adicionales. Con ello, Porter concluyó que la falta de éxito escolar se debía a la dificultad para cambiar la mentalidad de los maestros frente a los casos difíciles. Y que la clave entonces estaba en generar espacios de aprendizaje con los otros maestros y en darles a los profesores las herramientas pedagógicas necesarias para afrontar las clases. Lo esencial, en síntesis, es el apoyo que se le debe dar a los maestros, apoyo que puede venir desde la misma comunidad. Para ello, se deben crear espacios y comunidades de aprendizaje en los que los profesores compartan casos de éxito y experiencias positivas y en los que ellos mismos, con confianza, pregunten sobre posibles estrategias que a unos funcionan y a otros no.
La metodología que Porter sugiere supone que los profesores les enseñen a otros profesores lo que saben hacer mejor. Así, es el profesor quien decide qué hacer, no los expertos. Sin duda, el conocimiento especializado es valioso, pero el eje deben ser los maestros. Ellos son el centro de la práctica. Son ellos quienes deben ser empoderados. Y son ellos quienes tienen las respuestas en la gran mayoría de casos difíciles.
Según Porter, los niños con dificultades
no deben estar en instituciones especiales
Según Porter, los niños con dificultades no deben estar en instituciones especiales. La inclusión es un fenómeno natural. Pero implica liderazgo y voluntad. Su experiencia, que puede ser aplicada a todos los ámbitos de la educación, nos enseña que en muchos casos los profesores no necesitan de expertos, porque ellos están en al aula y conocen a sus estudiantes, sus familias y sus realidades mejor que nadie. Ese conocimiento de primera mano es muy útil. Las instituciones que progresan no necesariamente necesitan diagnósticos de expertos de otros países que imponen su visión. Lo que necesitan los colegios, afirma Porter, es que se construyan comunidades de aprendizaje, grupos de conversación entre los profesores, en los que con confianza y apertura, se discutan los problemas que vivimos, y se compartanlas experiencias de éxito, y se consulte con los otros qué están haciendo y qué les funciona.
Compartir experiencias con personas cercanas supone aprendizajes valiosos.
P.D. Estuvieron en Bogotá Sifu Rama y los monjes discípulos delmaestrobudista ThichNathHanh. Ambos compartieron sus experiencias aplicadas a la educación. Sifu Rama lo hizo con un énfasis en la importancia de la Escucha Profunda, según los estudios recientes de MIT, y los monjes con su mensaje de Mindfulness aplicado a la educación. Buscaré ampliar sus testimonios en futuras columnas: son ejemplos de formación para la paz y el bienestar de estudiantes y profesores. El valor de sus testimonios radica en que nos recuerdan queuna educación de calidad es necesariamente una educación holística.