La evaluación de la competencia ciudadana en las pruebas Saber 11.

La evaluación de la competencia ciudadana en las pruebas Saber 11.

Por: Santiago Ospina
junio 28, 2015
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La evaluación de la competencia ciudadana en las pruebas Saber 11.

En 2009 se realizó el último estudio internacional sobre educación cívica y ciudadana (International Civic and Citizenship Education Study) y nuestro país ocupó el puesto 26 de 36 países evaluados. O sea que nos fue mal.

No soy muy amigo de este tipo de clasificaciones pero estas pueden ser buenas fuentes de información y de reflexión en un contexto mundial que exige de cualquier democracia que sus niños y jóvenes sean formados en valores ciudadanos.

En un artículo publicado en 2014, los investigadores de la Universidad del Valle, Angélica Valencia Serna y Harvy Vivas Pacheco, recuerdan que desde hace varios años se ve como imprescindible la educación de sujetos críticos y participativos, individuos que vayan más allá de la adquisición de destrezas para la realización de actividades productivas y que sean ciudadanos que participen activamente en los espacios políticos y comunitarios que la sociedad ofrece; sujetos que contribuyan a la consolidación de la democracia y a la cualificación de las demandas políticas y sociales.

En este sentido, en Inglaterra se produjo el Informe Crick a finales de los años noventa, mediante el cual se hizo obligatoria la asignatura de formación ciudadana en los Programas Oficiales de los colegios de ese país a partir de agosto de 2002. Ese reporte preconiza que se debe llevar a los estudiantes a aprender lo que significa ser actor de la vida pública y cómo convertirse en dicho actor mediante ciertos conocimientos, competencias y valores, a lo cual se puede dar el nombre de “alfabetización política”. Estoy convencido de la que la paz y la transformación de la sociedad colombiana pasan por dicha alfabetización ya que es indispensable fomentar en la juventud el conocimiento de sus deberes y derechos como ciudadanos a fin de que desde una temprana edad cada uno los conozca, los respete y los haga respetar.

Afortunadamente, nuestro país no está al margen de esta tendencia mundial hacia la educación en valores ciudadanos y democráticos. En efecto, desde hace más de cinco años se vienen haciendo esfuerzos para incorporar esta competencia ciudadana en los planes curriculares de la educación primaria, media y secundaria. Sin embargo, es difícil juzgar cómo se está llevando a la realidad esta política en las diferentes regiones del país y qué resultados se han obtenido.

No obstante, si se quiere hacer un balance crítico de los esfuerzos del Estado en esta materia, se puede comenzar por analizar las pruebas Saber 11, una de las herramientas oficiales utilizadas para evaluar las competencias sociales y ciudadanas en los jóvenes del país. El análisis minucioso de estas pruebas sugiere que son deficientes ya que evalúan a los estudiantes mediante preguntas de selección única (preguntas cerradas) que en lugar de poner el acento sobre el pensamiento crítico y la argumentación, más bien apuntan a medir el dominio de conocimientos precisos.

Si bien es difícil suprimir este tipo de preguntas de una prueba masiva y estandarizada como las pruebas Saber 11, tampoco deberían ser la regla ya que no permiten medir realmente la competencia ciudadana de los estudiantes. Sobre este tema, en un documento reciente del ICFES (2013) se reconoce que “las preguntas cerradas tienen dos grandes desventajas frente a las abiertas: En primer lugar, los resultados obtenidos mediante preguntas cerradas siempre conllevan imprecisiones derivadas de las respuestas dadas al azar: en la medida en que cada pregunta cerrada ofrece un número relativamente pequeño de opciones de respuesta, siempre hay una probabilidad relativamente grande de proponer la respuesta correcta mediante una selección aleatoria. Por esta razón, la correcta resolución de la pregunta cerrada no provee una evidencia definitiva de que el estudiante sabe la respuesta. En contraste, en la medida en que el espacio de respuestas posibles frente a una pregunta abierta es virtualmente ilimitado, la probabilidad de contestar correctamente por azar es sumamente pequeña. Una respuesta correcta a una pregunta abierta provee una evidencia prácticamente definitiva de que el estudiante sabe la respuesta. En segundo lugar, la probabilidad de contestar correctamente una pregunta cerrada aumenta gracias a la “preparación artificial”: el entrenamiento que persigue el éxito en una prueba mediante el aprendizaje de técnicas o estrategias para contestar preguntas con el formato de respuesta múltiple. Con las preguntas abiertas, por el contrario, no hay lugar para ese tipo de preparación”.

En el mismo documento se afirma que aunque este tipo de preguntas son difíciles de añadir en las pruebas SABER 11, se está trabajando en la incorporación de más preguntas abiertas. Estos planteamientos son muy sensatos. Empero, la realidad demuestra que hay un desfase entre la teoría y la práctica puesto que la única pregunta abierta que se incorporó en las pruebas de 2014, que anuncian como “abierta”, no lo es en absoluto dado que impone una respuesta precisa que el estudiante puede proporcionar en dos líneas. Aquí no se está evaluando para nada la capacidad de reflexión del estudiante ni mucho menos su competencia ciudadana.

Según los expertos, una de las mejores formas de fomentar la educación para la ciudadana es mediante el desarrollo del pensamiento crítico. Para evaluarlo, se recomienda el uso de portafolios, diálogos (entrevistas) y ensayos que permitan a los estudiantes presentar, argumentar y defender sus conocimientos y puntos de vista. Puesto que actualmente en Colombia parece difícil diseñar una prueba tan completa, creo que al menos se debería evaluar las competencias ciudadanas por medio de ensayos. Evidentemente, esto necesita una infraestructura especial y un presupuesto importante; es decir, una verdadera voluntad política. Si Colombia pretende realmente que las políticas educativas que está fomentando para formar ciudadanos críticos alcancen resultados positivos, esta empresa intelectual, académica y pedagógica debe ir acompañada de un presupuesto que esté a la altura.

En el segundo semestre de este año se recogerán los datos del International Civic and Citizenship Education Study de 2016, el cual nos dará mayor información sobre la situación de Colombia en materia de educación para la ciudadanía. Basándome exclusivamente en el diseño de las pruebas Saber 11 de 2014, me atrevo a pensar que los resultados del país no van a ser mucho mejores que los de 2009. Ojalá me equivoque.

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