histórica figura de nuestro Almirante José Prudencio Padilla López, un gran líder afro proveniente de una familia humilde de constructores de barcos medianos, es decir una familia que “asaba para comer” como se escucha en el adagio popular. Véase: http://www.elespectador.com/noticias/nacional/bolivar/club-naval-pidio-disculpas-carmencita-empleada-domestic-articulo-675966
El caso de la señora Carmen merece mayor atención, no se trata de mostrar el desplante que vivió, al ser despreciada por su condición de empleada del servicio doméstico. Sino por la forma en que fue tratada al interior de la institución, como si fuera una ciudadana de segunda categoría para los anfitriones de la fiesta. Si supieran la gran labor social que ha realizado a lo largo de su vida al servicio de las familias. Véase: http://www.elnuevodia.com.co/nuevodia/opinion/columnistas/281409-se-nos-seco-el-alma-dice-el-negro1
Lo complejo del asunto es recordarles a las elites, los grupos políticos y la clase social de nuestra época que el tener una condición étnica y racial diferente no es sinónimo de ignorancia ni pobreza. Por el contrario, implicaría recordarles la fuerte labor que han hecho los afros para el desarrollo de un mundo más justo y lleno de esperanza, basta con recordar los grandes aportes de personajes como: Martin Luther King, Muhammad Ali y Malcom X Franz Fanon, Boubacar Boris Diop y Aimé Césaire entre otros.
Ahora por el sendero colombiano: la ministra Paula Moreno, el literato Arlond Palacio, el pedagogo Andrés Felipe Velásquez, la maestra Nancy Palacios Mena, la socióloga Aurora Vergara, el gestor cultura Édison Palacios, el político Guillermo Raúl Asprilla, el científico Raúl Cuero, el maestro de los compositores Petronio Álvarez, Jairo Varela, Junior Jein, Chocquibtown. Por el lado del deporte: Oscar Figueroa, Catherine Ibarguen y Mabel Mosquera entre otros. Tendría todo un repositorio para mencionar los grandes aportes que ha realizado el pueblo afro en el desarrollo de esta “pueblo sin nación”.
En conclusión, “La estupidez humana” no puede superar la inteligencia con la que ha sido dotado el ser humano. Es una lástima que este tipo de acciones suceda y persista en la sociedad colombiana. Aún más, saber que para ciertos sectores sociales el proceder del Pacífico o tener un color de piel distinto simboliza ser un sujeto de clase baja, y con una mentalidad de pobreza. Nos queda seguir luchando en medio de este camino tan incierto por causas justas como es el respeto y aceptación de la condición humana.