En el lapso del 16 al 25 de diciembre de este año aparecerá en el firmamento, hacia el suroeste, una conjunción o alineación casi total de tres planetas: los dos gaseosos más grandes del sistema solar y la Tierra. El día 21 los primeros podrán observarse a simple vista como un brillante planeta doble. Una “ilusión óptica” que los mostrará casi juntos, pero realmente estarán separados por cerca de 800 millones de kilómetros.
Colombia podrá apreciar este magno evento en primera fila, porque el Ecuador será la mejor zona para apreciarlo. En el firmamento aparecerá Júpiter, el veterano gigante más antiguo que el mismo sol, con una masa mayor a dos veces la de los otros planetas juntos. A su izquierda estará Saturno, el de los anillos, el más distante que se puede apreciar sin instrumentos desde la Tierra. Será un espectáculo astronómico universal, de imperdible contemplación y lejana repetición.
Este año 2020, de pandemia y grandes sucesos astronómicos como la aparición de un cometa y varios eclipses solares, marca el inicio del siglo XXI y terminará con esta espectacular gran conjunción, la mayor con la menor distancia visual de Júpiter y Saturno. Algo que no ocurría desde el año 1226 de la Edad Media.
Cuando los Reyes Magos llegaron a Belén de Judea para adorar a Jesús (San Mateo 2:1-2), manifestaron que habían visto su estrella en el oriente.
Pero esta referencia ha sido un misterio. Las estrellas normalmente no aparecen y desaparecen y son tan estables en la inmensa bóveda celeste, que por siglos sirvieron de guía a los antiguos viajeros. No pudo ser un cometa, por la antigua creencia de que su aparición anuncia malas noticias, como se podría asociar al cometa Neowize con el COVID-19. ¿Tal vez fue la triple conjunción de los dos planetas descubierta por Johannes Kepler en el año 7 a.C. o una supernova?
Entonces, ¿qué fue esta señal? Con aplicaciones de computador que recrean el firmamento pasado, se pudo encontrar que en el año 2 a.C. ocurrió una alineación de Venus y Júpiter que en la Tierra de esos tiempos, con cielos no contaminados, se debió ver tan brillante como una verdadera estrella. Esta alineación ya la anunció el papa emérito Benedicto XVI en su libro La infancia de Jesús, como posible explicación de la llegada de los Reyes Magos a Belén.
En esta época de navidad, por fortuna, este sagrado y hermoso misterio que ha acompañado a la humanidad por más de dos siglos, continuará vigente.