Con beneplácito y ansias fue estrenado en los últimos días el primer capítulo de La casa del dragón, la esperada precuela de la ya muy afamada Game of Thrones; sin lugar a dudas el fenómeno televisivo más avasallante de las últimas décadas a nivel global.
Pero ¿qué tiene o que tuvo de maravillosa esta serie que hizo que tantas personas de tantas partes del mundo se hicieran sus fans adictos a la misma? Después de todo es solo una serie de brujas, dragones, monstruos, espadachines, magia y demás; todas características propias de obras con temáticas propias para pubertos e infantes. Nada propio para un público adulto.
La realidad es que no solo esta serie sino todas las producciones audiovisuales son enormemente reducidas en cuanto a las posibilidades expresivas de este lenguaje en comparación con los medios textuales, medios de los que se esperaría una mayor apropiación por parte del público adulto, pero bueno, en el mundo estamos y se sabe que el común de la gente, ni siquiera la más pudiente, hoy por hoy lee nada.
Entonces el éxito esta serie no puede ser explicada únicamente por este fenómeno. Tenemos que recurrir a un análisis de esta misma serie para saber por qué, a pesar de que sobretodo su temporada final no tuvo un buen recibimiento, esta serie enganchó a tanta gente de forma tan exitosa.
La calidad de su fotografía, toda su producción en general, y efectos especiales son significativos pero no son el factor determinante de su éxito. El tratamiento "adulto" de una historia con trama fantasiosa es parte de su éxito. Y se pone adulto entre comillas por qué se supone que la obscenidad aberrante y la excesiva crueldad de la forma más gráfica posible es parte de lo que un "adulto" debe o puede ver.
Un merecido mérito por el desarrollo de los personajes, en el que de cierta forma no hay héroes y villanos sino solo seres humanos atrapados en un drama en el que prácticamente tienen que matar o morir.
Pero es sin lugar a dudas un episodio en particular el que da el ingrediente que hace que toda la trama de fantasía sea digerible en el resto de la historia; y este episodio es el final de la primera temporada la muerte del que parecía su protagonista, la muerte de Ned Stark.
Este episodio es sin duda de gran importancia dentro de toda la trama pero es aún más importante para meter todos los elementos de fantasía que en cualquier otra historia se harían inverosímiles.
Es ahí donde se puede ver la aplicación de la doctrina del shock aplicada al entretenimiento.
Desde el inicio de la serie se comienza con una dosis de violencia y crueldad de una forma tan gráfica que posiblemente haya sido superada en cualquier otra producción anterior la cual es decorada por dosis considerables de obscenidad sexual incestuosa y que van en un crescendo de intensidad a medida que transcurren los capítulos.
El interés del espectador se centra en lo que parece la única figura decente de toda la trama, el noble Ned Stark, y en la posibilidad de que este haga justicia a toda la maldad que se nos muestra en la misma.
De repente en un giro de la historia y contra todo lo que esperamos el protagonista es ejecutado como un vulgar traidor y la sensación de sinsentido se apodera del espectador. En este preciso momento cuando el espectador queda completamente desarmado en su estructura mental ante el mundo que se le presenta y ya no ve ningún sentido en él es cuando la serie presenta las figuras más increíbles e irracionales que se puedan presentar: los dragones.
Hasta antes de GOT la incorporación de dragones en una película o serie era sintomático de una producción dirigida a un público infantil o juvenil como mucho, nunca era propio de algo dirigido a un público adulto. Contemplamos pues el gran poder de la doctrina del shock.
Después de un gran golpe a la psique humana el individuo queda en un estado de total indefensión dónde sus facultades racionales parecen apagarse disponiendo al individuo a aceptar cualquier cosa que se le presente.
Es por eso que hoy debemos de tener más que nunca el poder de los medios, se han refinado tanto que son capaces de jugar con nuestra psique cómo se les antoja.
Por otro lado y analizando con cabeza fría la historia es en si floja. Casi que una versión de Marimar a la medieval. La niña despreciada que regresa con gran poder para cobrar una venganza y que se empareja con el guerrero que en en realidad no era un bastardo sino el legítimo heredero al trono.
Estas tramas de caballeros vengadores que siempre ganan en realidad son algo que ya hace mucho fue superado y hasta parodiando en el Quijote de la Mancha.
Pero ¿cómo le vamos a pedir a alguien que lea semejante libro?
