Cuando llegó a Tunja, un 6 de agosto de 2008, Mikhail Krasnov se quedó asombrado al ver un pasacalles deseando un feliz cumpleaños. Ese día, él cumplía 31 años. Obviamente jamás pensó que, siendo un estudiante desconocido recién llegado de la Universidad Humboldt de Berlín a hacer un intercambio con la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) lo estuvieran saludando.
No, era una coincidencia. Tunja fue fundada el 6 de agosto de 1539 por el capitán Gonzalo Suárez Rendón y Mikhail lo tomó como el mejor de los presagios. Sus papás, que viven en la ciudad de Saratov, a 858 kilómetros de Moscú, jamás entendieron la decisión de este joven de salir de Berlín, uno de los ombligos del mundo, a un oscuro y gélido páramo enclavado en los Andes.
Llegó hace 18 años a Tunja y ya se siente un boyacense más.
Pero Mikhail se enamoró de esa ciudad. Sabe seis idiomas, tiene cuatro maestrías y podría haber desplegado un Atlas, señalar un punto indeterminado y quedarse a vivir en él, pero prefirió la capital de Boyacá, un lugar en donde los únicos “rusos” que hay son los obreros de la construcción y en donde lo más parecido a Rusia es un asadero que se llama el Moscovita, pero sus dueños son de Ráquira.
Él sabía español. En uno de sus títulos indica que es Licenciado en la materia y enseñaba el idioma en Alemania, pero era más un español de Asturias y le costó trabajo aprender qué es la “ñapa” donde están las “chicherías” de la ciudad y decirle Sumercé a la gente que alguna vez quiso tratarlo de usted. Jamás le dijeron “El Ruso” siempre fue “El Profe”.
Krasnov se fue metiendo a la política por puro gusto y, según él, harto de que en la ciudad hubiera problemas grandes como los tres edificios de interés social que se hicieron en las afueras y que jamás se terminaron porque los dueños decidieron “ahorrarse” la plata de los materiales. Estaba harto también de los puentes peatonales que no van a ninguna parte o un parque biblioteca sin libros.
Así fue como a principios de año, sus alumnos de la UPTC, donde dicta clases desde hace 15 años, lo convencieron de que le peleara la Alcaldía al superpoder que tiene Carlos Amaya en la ciudad.
Amaya, a sus 39 años, ya fue gobernador de Boyacá entre los años 2016 y 2019, acaba de ganar las elecciones para un nuevo período en la Gobernación y su candidato a la Alcaldía, John Carrero, fue derrotado por el nuevo mandatario Mikhail Krasnov.
Carrero fue Secretario de Infraestructura durante el mandato de Amaya, nadie parecía vencerlo y menos un ruso que no tenía peso, recogió 30.000 firmas y luego supo que la Ley colombiana establece que estas firmas deben tener soporte, una póliza que cuesta 43 millones de pesos, que era la plata que tenía para hacer campaña.
Pensó en renunciar, pero un político liberal llamado Rodrigo Rojas, quien es ficha de Gustavo Petro en Tunja, le abrió las puertas de la Fuerza de la Paz, el partido de Roy Barreras, actual embajador de Colombia en Reino Unido. Y así consiguió el aval.
Con maletín y ruana, Mikhail Krasnov se patoneó el centro de Tunja y fue convenciendo a sus electores. Las encuestas siempre lo mostraban detrás de Carrero. Sus detractores le criticaron su discurso, plagado de cuestionamientos a los politiqueros y tenía encima el aval de Roy Barreras.
Con su español con acento, pero lleno de ideas, logró escabullirse de esas preguntas e hizo una campaña con las uñas en unas elecciones donde las viejas maquinarias llegaron a imponerse, desde Bogotá a Cali o Medellín.
Sus estudiantes le consiguieron un espacio en redes, donde pudo mostrar su sentido del humor y cada vez que alguien lo llama, se escucha el himno nacional de Colombia del que se sabe todas y cada una de las estrofas y al final, la estrategia funcionó.
En Sarátov, su papá ruso y su mamá ucraniana, por fin entendieron que la necesidad de su hijo de quedarse en este rincón de los Andes tenía sentido. Mikhail Krasnov es reservista del Ejército de Colombia hasta 2028, tiene libreta militar y desde 2021, posee la cédula colombiana.
Luego de salir elegido Alcalde de Tunja y sacarle 9.000 votos de diferencia al candidato John Carrero del también electo Carlos Amaya, está convencido que vivirá hasta sus últimos días en Tunja, para él, el nuevo ombligo del mundo.