Estos días que vienen corriendo entre el 29 de mayo y el 19 de junio han sido algo parecido a un centro comercial un 24 de diciembre a las 10 de la noche. Es decir, todos corriendo de un lado a otro para tratando de encontrar una silla donde acomodarse.
Pero lo más simpático de esa alocada carrera son los que como el caracol, han preferido meterse en su caparazón para que no los alcance el efecto RobleFajar, que produce profundas quemaduras.
En otras palabras, se han anunciado públicamente brincos como el de Alejandro Gaviria, Ariel Ávila, Antanas Mockus, Rudolf Homms, Antonio Navarro, entre otros tantos connotados políticos como el vice de Fajardo Luis Gilberto, a la tolda de Petro.
Otro tanto los Galán con el renacido Nuevo Liberalismo, Néstor Humberto y otros como la bancada del C.D y las “gavillas” de Fico a la tolda de Rodolfo.
Al parecer el efecto RobleFajar (Robledo-Fajardo) ha obligado a otros tantos que no quieren aparecer ni de aquí ni de allá a la estrategia del caracol. Que consiste en meterse en su concha para guarecerse del nocivo efecto. Entre ellos, Dilian Francisca Toro que resuelve, “dejar en libertad a sus votantes”. Y recientemente el partido “Dignidad” de Robledo de ala Moirista. Ambos por temor a verse infectados del efecto RobleFajar.
El efecto RobleFajar hace su aparición en 2018, aparentemente por la ingesta de ballena en plato blanco, produciendo cuatro años después, profundas quemaduras a quienes se vieron expuestos.
Los caracoles se excusaron en que “no encontraron consenso”, lo que quiere decir mejor es que encontraron una profunda división “secretosky” en la base de sus colectividades. Lo que los obliga para no terminar con quemaduras por el efecto R-F. Y no poner en juego su capital electoral como sucedió con estos dos que ni Rodolfo les abrió cama.
Ahora Robledo y Fajardo a la deriva tendrán que llevar al tour ballenero una buena cantidad de crema para quemaduras.
Tan lindos, ojalá se alivien.