Se podría interpretar como: reformular criterios políticos, examinando de cerca algunos hechos curiosos en torno a las tres últimas semanas de campaña. Intentemos algunas hipótesis a ver que resulta:
Fico, el candidato de todos los clanes, pierde por una nariz. Rodolfo emerge con una campaña simplista, que rápidamente se convierte en música para los oídos de la jerga popular de las esquinas y las tiendas. Un discurso al que no había que digerirle nada. Antítesis irreverente, e indomable anarquía contra el establecimiento.
La sorpresa fueron los votos del ingeniero, pero les proporcionó una ventaja, pues, de ganar Fico, la ventaja hubiera sido para Petro. Resultó más fácil voltear las maquinarias para sumar a Rodolfo los votos de Fico de lo que resultaría en sentido inverso. Si examinamos la matemática de los resultados, la formula fue perfecta. Aunque se pelaron otra vez por una nariz.
Aquí vienen las hipótesis:
Un indomable como Rodolfo ¿podría ser ensillado? Un patán sin límites entraría a imponer su estilo de gobierno, al que difícilmente le pondrían freno. Por esto, anunció la “Conmoción Interior”, con el firme propósito de instalar una autocracia.
La reunión propuesta por Petro a Uribe emulsionó las emociones de la Colombia pasional. Se escucharon júbilos de: “¡Gallardía!, ¡Generosidad! ¡Reconocimiento!”, todo un abanico de elogios, pero, no se han preguntado: ¿Tanta sumisión es posible?:
“Usted es el presidente, solo le pido que me permita un canal de diálogo abierto, no voy a molestarlo. Solo trataremos asuntos de país”.
Difícil de creer. Más bien, podríamos pensar que Petro le resulta más conveniente que Rodolfo, porque el ingeniero subió como espuma en popularidad, restándole protagonismo, sumado a la impopularidad de Duque y la propia que él mismo reconoce.
Petro en cambio le permite armar mejor la campaña 2026. Aparecer generoso ante la magnanimidad de Petro -contrario a lo que se esperaba- ¿Un giro estratégico?
Petro le tira una tabla de salvación, Uribe la toma para surgir de entre las cenizas de tres derrotas como un ganador. Pondrá sus alfiles a disparar desde diferentes flancos, mientras afila a su nueva creación. Entretanto él pasará como el que intenta mantener la serenidad. “Usted es el presidente, solo le pido que me permita un canal de diálogo abierto”. ¿Una oposición serena?
Rodolfo significaba un salto al vacío. Para 2026, Petro estaría de nuevo en el ruedo tomando ventaja de sus desaciertos. Ahora, Petro no estará en la contienda de 2026. Entretanto tienen cuatro años de trinchera, para intentar sepultar todo vestigio de izquierda.
Podríamos pensar que estas hipótesis no son ajenas a las palabras de Petro cuando dijo en entrevista con la revista Cambio:
“No podemos fallar, o nos espera la oscuridad”.
Ojo al 2026
