La fórmula del líder de la Colombia Humana para renovar el Congreso en las elecciones del 2022 se sustenta en dos figuras: elecciones primarias y listas cerradas (opcionales). La primera es inexistente en las contiendas legislativas en el país y la segunda se ha concentrado desde su introducción en el sistema político a partir de la reforma política del 2003 en partidos cristianos, movimientos políticos de base regional y marcó la irrupción del Centro Democrático como partido en 2014. Tras obtener en el congreso de la Unión Patriota el aval para ser candidato presidencial (descartando que volverá a ser candidato por firmas de Colombia Humana), Petro tiene carta blanca para impulsar una amplia concertación de sectores alternativos que concluya en la posibilidad de conformar listas en coalición a Cámara y una lista nacional única al Senado; asimismo, insistir (como lo ha venido haciendo desde 2017) en una consulta interpartidista para elegir un candidato único de cara a la primera vuelta.
Una de las mayores debilidades de Colombia Humana en 2018 se reflejó en la virtual inexistencia de una lista sólida al Senado y apuestas regionales a Cámara. En un primer tramo de la campaña Petro se concentró en enfocar los esfuerzos en la recolección de firmas para avalar su aspiración sin pensar en promover otra adicional para postular una lista al Senado y de paso convertir su movimiento en partido político. Para algunos fue un error ya que desaprovechó el fenómeno electoral en el cual se convirtió para consolidar su movimiento como partido; sin embargo, las dinámicas e incentivos en cada elección son diferentes, mientras que en una elección presidencial la opinión es determinante para posicionar un candidato, en las elecciones al Congreso opera más la mecánica de la política tradicional, las redes clientelares y los incentivos materiales. De ahí que Vargas Lleras, quien tenía en su bolsillo las listas más fuertes a Cámara y Senado, se haya quemado estruendosamente en su aspiración presidencial al restarle importancia a la opinión.
Para otros, con la conformación de la coalición Decentes que integró a tres partidos políticos (UP, MAIS y ASI) se subsanó la debilidad de Petro en su apuesta por el Congreso, pero la realidad es que a pesar que esa lista superó el umbral (conservándole la personería jurídica a los tres partidos) e ingreso tres senadores, la Colombia Humana no presentó candidatos en propiedad ya que estos se tuvieron que avalar por alguno de los partidos (por ejemplo, Gustavo Bolívar es senador por el movimiento MAIS) y la ASI avaló a un candidato conocido como “Manguito” que a la postre resultó siendo un radical de extrema derecha. Además, esa coalición no sirvió para que Colombia Humana se convirtiera en partido porque no se integró como una lista autónoma por firmas, por eso, ni Decentes o Colombia Humana existen como partidos. En Cámara el panorama se ve más gris porque solo se ingresaron dos escaños y ambos por Bogotá. Sin duda, Petro también fue derrotado en su estrategia al Congreso.
La idea es que en 2022 no se repitan esos errores y la nueva estrategia que, se encuentra en diseño y construcción, se enfocará en adelantar elecciones primarias para elegir a los candidatos que van a integrar las listas, es decir, componer listas con perfiles con votos, trayectoria y reconocimiento. Así, se garantiza una mayor participación y se evitan los candidatos “relleno”. De concretarse, sería una estrategia novedosa y que nunca se ha aplicado en el país, también fortalece los partidos y crea una base más cercana que un simple electorado. Tras estas primarias, se conformarían las listas y tendrían carácter preferente las mujeres bajo una modalidad cremallera, modalidad que resulta efectiva para ampliar la representación de las mujeres en las corporaciones cuando la lista es cerrada, es decir, cuando se vota por el logo o conjunto de logos y no por el número que representa un candidato. Con esta estrategia Petro busca consolidar listas sólidas, cohesionadas programáticamente y con perfiles reconocidos. ¿Lo podrá lograr?, ¿qué otros partidos se podrían sumar?
Tal vez la mayor dificultad que le veo a esa estrategia es lo complejo de conformar listas cerradas sin reventar las coaliciones, por lo general, en esas listas siempre ingresan a cifra repartidora los primeros candidatos y los que quedan en la “cola” tienen nulas posibilidades de entrar. Eso se podría resolver con las elecciones primarias y claridad en un gran acuerdo programático. También puede resultar más viable para la lista al Senado que para las listas a Cámara (no hay que olvidar que el Congreso es bicameral). Lo cierto es que Petro y los alternativos deben pensar una gran estrategia que permita iniciar una renovación progresiva del Congreso; el hogar natural de los clanes, los herederos de la parapolítica y la clase política más tradicional, algo importante porque, aunque el Congreso colombiano no tiene poder de veto, sí tiene capacidad de “bloqueo” y si llega un gobierno alternativo con un Congreso tradicional no podrá adelantar grandes transformaciones.
El cambio que necesita el país también debe iniciar por la renovación del Congreso.