Los escenarios de la biografía presidencial es el resumen del poder en Colombia, sobre todo cuando es misteriosa por ser monárquica y de partido único liberal-conservador, que formaron un binomio impecable durante 60 años de mandatos con todos los poderes de los monarcas absolutos, temporales y hereditarios por línea transversal que chocan con el derecho del pueblo a decidir el rumbo de su yo colectivo a definir y construir las instituciones, leyes, elegir, interpelar y remover sus gobernantes han sido reducidos por el discurso oligárquico al mero ejercicio electoral periódico, el mayoriteo y no a la solución de problemas sociales.
Petro llega para atacar a los que acabaron el Estado benefactor y la secuela de crisis de acumulación de la década de los años noventa del siglo pasado, que marca el inicio de la política de raigambre derechista heredera de la del siglo XIX, sistemáticamente quejándose de cualquier estruendo y caos provocados por ella, la que se limita a defender intereses no idearios y si se le cuestiona, no paran de estigmatizar a quienes reclaman derechos ante lo que ella misma produce que es más hambre miseria y desocupación y lo más preocupante hoy, la crisis climática global se deben sumar el peligro de una guerra nuclear, la invalidez de los mecanismos democráticos.
Si en la Rebelión de las masas a Ortega le alarmó la creciente mediocridad moral e intelectual del “hombre masa”, a Lasch le perturbó la conducta de “los que mandan”, el escenario de violencia y miseria es el resultado de políticos que han desbarrancado al país, principalmente por tres motivos: la impotencia, la ignorancia o la indolencia.
En concreto son tres porque: porque no pudo, porque no supo o porque no quiso. La impotencia proviene de su propia debilidad o de la fuerza de los que se le oponen. Porque no instaló la gobernabilidad, porque no asumió el liderazgo o porque no utilizó sus capacidades. Porque no se lo permitieron la Constitución, los legisladores, los jueces, o las protestas.
De otro lado, eso que afirmó Francia Márquez del expresidente Gaviria de ser neoliberal es plausible y no un irrespeto, antes que todo, por ser un modelo dirigido estrictamente a generar ganancias. Y eso no solamente lo afirma Francia, es una concepción ideológica que coadyuva en un ensayo reciente Stiglitz, no dudó en declarar que el neoliberalismo provocará literalmente el fin de la civilización. El Nobel de economía se refirió con ello a los devastadores efectos climáticos que ha provocado ese modelo.
Aunado a lo anterior, el neoliberalismo tiene como aliados las guerras: “Compra cuando hay sangre en las calles” la cita se atribuye al barón Rothschild en el siglo XVIII, quien hizo gran fortuna durante el pánico de la Batalla de Waterloo contra Napoleón.
Petro interpreta esta época de desajustes sociales por lo que se puntualiza: al movilizar a la masa que está en la base de la pirámide social y en la memoria del subsuelo o en el vértice de las angustias nacionales, cuyas raíces pueden localizarse no únicamente en las tensiones, sino en los profundos cuestionamientos sociales, estamos hablando de quien siempre trató de armonizar los fervores de su militancia con su sentido de la responsabilidad pública. Estamos hablando de quien nunca permitió que su lucha fuese utilizada como instrumento de agravio a un sector de la vida nacional o para destruir a las instituciones históricas de la República
Estos años no registran muchos liderazgos comparables al que supo ejercer siempre cuando recorría los espacios públicos recitando el Preámbulo de la Constitución para impedir que se materialice las condiciones para que una Constitución no pierda vigencia o cuando alzó su voz cargada de proyectos sociales, de los balcones para denunciar que la Carta era distorsionada a espaldas del pueblo que nunca se enteró de proyectos grupúsculares.
El Pacto Histórico ha derrotado en el debate público el miedo paralizante que origina las tragedias y errores colectivos pueden desembocar en la nada o ser punto de partida para intentar cambios sustantivos.
No sabemos qué hacer y entonces decidimos no hacer nada. Esa es la actitud que espera quien nos atemoriza. Esa es la actitud que sabemos equivocada, porque permite el abuso de quienes están en el poder y desean seguir controlando nuestra voluntad. No es que no sepamos qué hacer.
Lo que nos sucede es que las consecuencias de hacer lo que no espera el agresor son las que en realidad atemorizan. Vencer el miedo a esas consecuencias es el punto de quiebre de la situación amenazante. Es la voz de la conciencia (adormecida) del pueblo colombiano.
La fragilidad institucional y la macrocriminalidad han hecho de nuestro país un territorio en que cada día el Estado se muestra más susceptible de perder el control del monopolio legítimo de la fuerza.
Secuela entre otras de encontrarnos con partidos históricos desvencijados, lo que nos aleja el construir formas distintas de representatividad, que origina sobre todo procesos de desintegración, descontento generalizado, lucha de facciones.
Por eso es que el Pacto Histórico no aspira a derrotar al ejército y policía instituciones patricias que las han convertido en salvacionistas de gobiernos ineptos e irresponsables.
Los ejes confluyentes vertebraron el pensamiento de hombres consecuentes para enfrentar una sociedad fracturada por la desigualdad económica, la discriminación étnico-racial y el conflicto social que Dostoievski, saca una clave de Crimen y Castigo brinda luminosidad a nuestra actualidad.
Solamente en dos renglones expuso una de sus ideas más profundas y conmovedoras, absolutamente aplicable hoy en Colombia : "En la pobreza, uno conserva la nobleza de sus sentimientos innatos; en la indigencia, nadie puede conservar nada noble".
Otro paradigma la defensa del bien jurídico más importante de la sociedad: la vida se trasluce en que Colombia va ser su potencia mundial y para ello prevé el derecho a una alimentación adecuada porque “los humanos comemos nutrientes y sentidos” y bajo ese paradigma define a la alimentación como un derecho y no como una capacidad individual de autosustentarse. Es decir que el objetivo fundamental de la economía es favorecer la vida.
La derrota de la leyenda impúdica que predomina en el país sobre la desigualdad, sirve como justificación de que los valores humanos tienen bases naturales en la personalidad: se asimila la pobreza a un error del carácter, a una falta de voluntad, empeño, talento y no ser tan pobre, no a la suerte de las circunstancias del origen, sino al merecimiento y a las oportunidades.
Por eso es necesaria una gran inversión en educación básica y en mega programas de nutrición para niños que su desarrollo depende de factores genéticos y ambientales, como la nutrición y los aprendizajes tempranos. Sólo la educación puede crearlos hombres extraordinarios.
Sobre la producción para consumir no para ostentosidad, se fundamenta en el incremento de la demanda global vía el gasto del Estado constituye
el corazón de una política económica de reactivación frente a una crisis, los explica Bruno Susani que, Keynes indicaba: “El problema político de la humanidad es conciliar tres cosas: la eficacia económica, la justicia social y la libertad individual" y no a la utilización de la población como mano de obra barata, o la de sus territorios como fuentes de extracción para la exportación de materias primas, también baratas.
Desde hace tiempo se ha abocado la controversia entre desarrollistas y ambientalistas se agudiza. Eduardo Gudynas, investigador uruguayo, cuenta cómo ha cambiado el concepto de desarrollo a través del tiempo y cuál fue el espacio que la dimensión ambiental ha ocupado en el mismo.
En Colombia se plantea si preservar el páramo de Saturban, Caño Cristales, Parque de Chiribiquete y la Sierra Nevada para preserva el bosque como fuente del agua o atragantarnos de petróleo para quitarnos la sed.
Cuando existe la capilaridad del dirigente y el pueblo que es la compenetración Petro interpretando el subsuelo o los nadie, ha enderezado a remozar permanente el consenso popular, toda vez pocas situaciones existen en las que los intereses de todas las partes confluyen en uno solo.
Si estamos de acuerdo en que la política es lo único que tienen los postergado y olvidados, ¿cómo podemos decirles que es positivo consensuar todo cada vez más con quienes les arrebatan todas las oportunidades y el representante anula al representado. Por eso el pobre debe hacer permanentemente política porque quien le resuelve sus problemas?
En el presente debate electoral se puede aplicar a los candidatos un aforismo (atribuido a Einstein): las mentes sencillas hablan sobre personas (bochinche); las medianas sobre eventos (la juerga) y las mentes superiores sobre ideas (el programa). Escoja.