En 2017, Alejandro Lyons rehizo su vida en Miami. A pesar de ser la cabeza del cartel de la hemofilia, que desfalcó en 150 mil millones de pesos las finanzas de Córdoba, su departamento cuando fue Gobernador, ese año vivía una vida plena con su esposa Johana Elías Vidal, hermana Bernardo el “Ñoño” Elías, el exsenador detenido por el escándalo de Odebrecht y quien acaba de salir libre.
Lyons se aprovechaba de tener una visa de testigo, pero esta se venció en 2019. Dos años después, en 2021, se hacía inminente una extradición a Colombia para que pagara por sus crímenes. Sin embargo, su defensa ha movido excusas en tres oportunidades para evitar darle la cara a la Corte Suprema de Justicia.
La primera vez fue en noviembre de 2020 cuando declinó su citación vía Zoom alegando una bronquitis que le daría una incapacidad de cinco días. Después, fue en noviembre del 2021 y tres días antes de la audiencia, consiguió otra excusa con una hernia inguinal. El 8 de agosto de este año, tenía otra cita con la Corte, pero la aplazó su abogado por una infección estomacal que lo tenía “vomitando”.
En Miami, Alejandro Lyons ha estado colaborando con la justicia norteamericana. Allá le llegó la noticia de que la Procuraduría lo había inhabilitado y suspendido por 10 años por omitir el control y la vigilancia de la actividad contractual delegada y que generó el pago por $7.886.574.000 sin la celebración de acuerdos de voluntades con diferentes Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS) por un paquete integral de neurorrehabilitación.
La inhabilidad no afecta para nada su estadía en una cárcel de Miami, lejos de una extradición que en 2019 se hacía inminente y que ya lleva cuatro años siendo dilatada.
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