Hace menos de un año, el 2 de abril del 2017, Rafael Correa celebraba como suya la victoria de su aliado, amigo y ex vicepresidente Lenin Correa en las elecciones del Ecuador. Ahora la relación ha cambiado dramáticamente. En la consulta celebrada el domingo 4 de febrero Moreno le cerró el paso completamente a la aspiración de ser reelegido presidente del Ecuador a su mentor. En el vecino país quedaba eliminada la reelección, enmienda constitucional que había impulsado Correa en el 2015 y con el que aspiraba perpetuarse.
Las fricciones entre los dos comenzaron apenas días después de haberse posesionado Lenin Moreno como presidente del Ecuador. A raíz del escándalo de los sobornos de Odebrecht Moreno creó, el 5 de junio de 2017, el Frente Contra la Corrupción. La policía realizó allanamientos y detuvo, entre otros funcionarios, al vicepresidente Jorge Glas, aliado incondicional del ex presidente Correa quien se mostró molesto por la manera como se llevó a cabo la investigación a pesar de que se tenía el testimonio de José Dos Santos, representante de la firma brasilera en Ecuador de que Gras había recibido USD$14.1 millones en sobornos. La destitución generó la irónica respuesta de Correa: "Adelante, Jorge. Tómalo como una condecoración"
Por esos mismos días Moreno criticó con dureza la situación económica en la que el gobierno anterior había sumido el país dejando una deuda de USD$41.000 millones, casi todo entregado en un descontrolado gasto social. Ante los señalamientos, Correa, afincado en Bélgica, país de donde es su esposa, reaccionó desde su trinchera en Twitter: "El Gobierno actual conocía perfectamente TODAS las cifras de deudas y pasivos, que, además, son públicas. No sólo aquello: mantiene el MISMO equipo económico. Hacer una cadena nacional para 'anunciar' lo que siempre supieron, es tan solo parte de un show"
La distancia entre los dos se convirtió en un abismo cuando Lenin Moreno decidió tender puentes con el ex presidente Adballah, y otros acérrimos enemigos de Correa. Esa cercanía la consideró Correa como una traición y, además, se ha desmarcado abiertamente del régimen chavista a quien ha criticado duramente en más de una ocasión.
Pero la gota que derramó el vaso fue el anuncio en octubre del 2017 de la consulta que buscaba cerrarle la puerta a Rafael Correa de posibles reelecciones. Correa dijo que la consulta estaba impulsada por sectores de la derecha que buscan destruir, según él, todo los avances sociales que se consiguieron durante su mandato.
Lo más grave para Correa es que queda desprotegido de cualquier tipo de acusación que le hagan por corrupción u otros desafueros ocurridos durante los 10 años de mandato. El ex mandatario recibió la noticia en su casa de Guayaquil y no hizo declaraciones públicas. Los que si se dejaron escuchar fueron sus seguidores quienes declararon inconstitucional la consulta y están llamando a desobedecer.