No entiendo por que la primera dama de Colombia tiene tanta libertad para usar los aviones presidenciales. Ya hemos visto como María Juliana Ruiz, esposa del presidente Duque, marca itinerario en las flotas más importantes según su agenda: Panaca para el cumpleaños de su hijo, o el regreso a Bogotá solo por un vestido, en fin. La ultima, un viaje a la Guajira, en plena cuarentena, para saturar las redes de un video que graba en pleno desierto para honrar las mujeres de una cultura que dice admirar mucho. Tanto así que ayer en Twitter estaba de tendencia Tutina de Santos, la ex primera dama, por los comentarios de los uribistas trinando sin parar alardes de lo buena que es la esposa de su presidente. Pero el debate debe ir más allá.
El valor de una mujer, no tiene precio.#Wayuu pic.twitter.com/Z21rniTBZQ
— Senadora Paloma Valencia (@PalomaSenadora) May 30, 2020
La cuenta de Twitter de la presidencia sacó un comunicado mostrando que la visita de la primera dama respondía a una campaña del presidente llamada #AyudarNosHaceBien, en el que se hizo la visita a este departamento olvidado a entregar más de 12 mil mercados. Lo que yo me pregunto es ¿para qué fue ella?. Es decir, en caso de que los mercados no estuvieran ya en ese territorio, habrían tenido que ser transportados por un avión carguero de la Fuerza Aérea y no en uno de los aviones presidenciales en los que debió viajar Maria Juliana. Más habría valido una foto de la primera dama en una aeronave saturada de bolsas de donativos rumbo a Riohacha pero este no fue el caso. Ella seguramente viajó cómodamente en el presidencial Boeing 737 FAC 0001 o en el Embraer Legacy 600. Pero entonces, ¿para qué fue ella?.
Hasta Riohacha (La Guajira) llegó la Primera Dama, María Juliana Ruiz, a entregar mercados a las familias más vulnerables, sumando en total, desde que empezó la campaña #AyudarNosHaceBien, 12.515 mercados para este departamento, que benefician a más de 50.000 personas. pic.twitter.com/NFimyhAg6C
— Presidencia Colombia 🇨🇴 (@infopresidencia) May 31, 2020
Ahora, según he leído en muchas partes, la Primera Dama no es un cargo publico, por lo que no tendría ningún tipo de exención para violar la cuarentena. Mucho menos para utilizar un aeropuerto cerrado por seguridad, volar en un avión al que le pagamos la gasolina una sociedad que hoy se queda sin recursos y sin trabajo, para que llegara a un lugar a pasar pocas horas, a hacer un video evidentemente incomoda, tomarse fotos entregando 10 mercados y volar de regreso a casa cansada por una jornada que no le corresponde, ¿o si?. ¿No debería eso significar un comparendo?