¡Sí señores! Una de las frases más sonadas de Jineth Bedoya en la entrevista que concedió a la Universidad Central, la verdadera escuela es la calle. Allí nos dejó importantes reflexiones sobre el quehacer del periodista y la responsabilidad que conlleva decidir estudiar y ejercer esta profesión, donde el mayor problema es que los jóvenes no están sintiendo pasión por la carrera, y en las facultades de comunicación no se les está exigiendo la lectura, el reconocimiento del entorno nacional y la historia que preside muchos de los debates actuales en el país.
La verdad es que Jineth me dejó pensando qué tipo de periodista soy o qué tipo de periodista me quiero volver, y como muchas otras disciplinas querer ser el mejor no basta o sentir gusto nada más, se debe amar lo que se hace, y es donde el ser profesional trae consigo esa parte humana y ética que se ha ido perdiendo al momento de contar las historias, esa falta de empatía por el otro, la ausencia de confrontación con nosotros mismos, y sin duda el auge tecnológico de los medios y las redes sociales se suman a esa necesidad del dato, ese dato tan deseado y falto de contenido, esa inmediatez que en vez de hacernos mejores, en ocasiones nos da la seguridad de que tenemos información a la mano.
Los periodistas antes salían a buscar las historias, el dato no era manoseado por otros. Hoy muchos de los medios de comunicación pueden hacer sus programas con las noticias del día en internet. Esa falta de calle de la que habla Jineth es la que ha afectado la misma comunicación, porque el estar bajo el sol o la lluvia, era parte del proceso de la noticia, pero muchos prefieren estar dentro de una oficina, alejados de todo ruido, sin asumir responsabilidades con nadie. Me pregunto cómo dignifico a los más vulnerables cuando todo se queda en la información.
Querer ahondar más allá de la información es denunciar lo injusto, tomar postura muchas veces frente a los temas, y, sobre todo, entender que hay derechos que buscan hacer digna la vida de todo sujeto, por eso las cifras y los datos son tan funcionales para esos poderes que quieren silenciarnos, hemos perdido la capacidad de reflexión, por correr en búsqueda de los resultados. El saber preguntar ha pasado al plano de querer incomodar, además de la falta de confianza en los medios de comunicación.
Sin duda Jineth más que una maestra en el periodismo es una maestra de la resiliencia, porque vive con el dolor de una víctima, y sin pretender romantizar esto, Jineth tuvo el impulso de ser vocera en la defensa de muchas mujeres que no tenían voz, a ser un símbolo de lucha y no quedarse en el lugar donde la impunidad la quiere ubicar hasta el día de hoy, en el lugar de la revictimización, el lugar donde muchos colombianos están, y nosotros los futuros periodistas podemos ser los voceros para revertir esta situación.
