El ser humano se puede entender como aquel elemento que va de la mano de la apropiación como un ser único, eterno e inmutable. Esto va determinado por medio de una visión que él mismo crea ante una sociedad por la cual quiere ser propio y no cambiar su esencia, dado que esta misma es la que lo hace reconocible hacia la misma. Es así como lo diferencia del mismo círculo social, al cual convive. Sin embargo, al validar esta tesis central, es relevante determinar dónde queda la apropiación por parte de nosotros como personas pensantes y en la búsqueda de una felicidad o, incluso, una aceptación por parte de nosotros mismos.
Es por esto que, a su vez, se puede identificar el amor propio como una escala comparativa entre lo que se quiere y no se quiere, lo cual va determinado según el estado anímico de cada persona. Pero así mismo se desarrolla en el entorno para el cual está viviendo su experiencia, ya sea académico, laboral, social, entre otros. No obstante, cada persona es autónoma de dar prioridad y autoridad a estos estados de ánimo, partiendo de la teoría del psicólogo Robert Thayer entre la tensión y la energía, en la que el ser humano va desarrollando este tipo de emociones por medio de factores que se desempeñan dentro del diario vivir.
Así mismo se puede entender y desarrollar que el amor propio va de la mano de un elemento que se realiza en muchas empresas y la facultad que se quiere desarrollar dentro de ellas. Como cuando se crea una empresa, que se hace una matriz que en todo circulo académico se enseña, y es la estructura FODA. Si todas las compañías tuvieran muy presente este elemento, nunca entrarían en quiebra. En el mejor de los casos partirían de un elemento relevante y es la búsqueda de puntos de raíz, que ayudarían a determinar aquellas falencias que hacen que ninguna otra empresa sea igual, y así destacar siempre lo mejor de cada una de ellas.
Si el ser humano pensara desde la lógica anterior para conocerse a sí mismo, su estabilidad emocional y mental sería muy fuerte, y en el mejor de los casos, nunca existirían enfermedades o incluso trastornos mentales, como la depresión, la ansiedad, baja autoestima y un sinfín de diagnósticos que ha padecido en los últimos tiempos; pero claro está que basado desde ese mundo mencionado esto suena como si las personas nunca pudieran padecer de eso, como si la solución fuera ir a tomarse una calmante, un poco de aire y el problema por el que se atraviesa pasara.
Desde una perspectiva clara, coherente y basado en el dilema del FODA y la empresa, el ser humano podría empezar a trabajar desde allí. Este esquema sería su consejero, su terapeuta de confianza, aquel psicólogo o red de apoyo primaria que pueda brindar alivio ante todos esos problemas, formando esta estructura misma para crecer.
Siendo así, el ser humano puede crear actos de amor propio para sí mismo, y uno de ellos es la búsqueda de estabilidad mental, con los demás y otros elementos que forman parte de la salud y ayudan de manera positiva. Esto con un objetivo: lograr, por medio de la psicoterapia, la indagación sobre sí mismo, buscar qué se quiere y cómo se desea hacer, que aunque para algunos es y se hace complicado, lo que verdaderamente se debe medir es cómo llegar a la verdadera felicidad sin depender de nadie más que de uno mismo. Para aclarar, el objetivo primordial es brindar una estabilidad mental de sí mismo, creando lapsos de compromisos y metas que se van desarrollando para controlar el crecimiento mental de cada individuo hasta lograr el objetivo de ser quienes queremos ser.
