El pasado fin de semana el programa La Red se dio gusto destrozando a Ariadna Gutiérrez. Básicamente dijeron que en Miami tiene fama de cazafortunas y que a menos de tres meses de haber terminado con Cedric Gervais ya es novia de Ali Jassim, un multimillonario árabe que la conoció en una discoteca. Según dijeron en el programa, Ariadna habría sido una de las chicas trofeo que el árabe mandó a llamar para que le acompañaran en su fiesta de cumpleaños y ahí se habrían conocido. No obstante, los encantos de la colombiana lograron conquistar al magnate y la relación pasó a ser algo más serio que una noche de besos en una discoteca.
Por si fuera poco, enumeraron la lista de exnovios de Ariadna. Todos tienen en común una amplia billetera. Se cuentan el samario Carlos Diazgranados, el italiano Gianlucca Vacchi, el mexicano Jesse Carrasquedo -quien además dijeron que le regaló su casa en Miami- y el dj francés Cedric Gervais, con quien estuvo a punto de casarse. Según dijo La Red, una mañana él la despertó con una rosa y ella le respondió "tuve un novio que me regaló una casa ¿y ahora tú me vas a regalar flores?". Más allá de la opinión que uno pueda tener de la vida sentimental de Ariadna, la forma en que los presentadores se burlaron de la sucreña deja mucho que desear. Es como si le tuvieran envidia por ser bella, rica y famosa.
No nos digamos mentiras. El único pecado de la ex reina es haberse levantado los millonarios que más de una en Colombia quisiera tener como novios. Personalmente pienso que la forma en que Ariadna decida vivir su vida es asunto únicamente de ella. No somos quien para juzgarla. En Colombia todavía las madres utilizan el término "un buen partido" para describir al marido que quieren que sus hijas consigan. Básicamente, estamos en una sociedad donde a las mujeres desde que son pequeñas se les inculca el pensamiento de que si consiguen un marido con plata, les irá bien en la vida.
El criterio que Ariadna tenga para elegir con qué hombres se relaciona es algo que únicamente le concierne a ella. El ser figura pública no implica que renuncia a su derecho a la intimidad. Afortunadamente está en Miami, en una ciudad donde la gente no es tan envidiosa como en Colombia, y donde cada quien puede vivir su vida como le dé la gana. Ojalá que la sucreña pueda abrirse camino en la farándula latina de Estados Unidos, o en cualquier otro ámbito donde le dé la gana hacerlo. Nadie puede negar que cuando se para en una pasarela todas las miradas se vuelvan hacia ella, las demás modelos quedan anuladas con la sola presencia de Ariadna. Espero que pueda encontrar su felicidad en la capital del sol, muy lejos de la mala energía que le mandan desde su adorada patria.