En la larga noche electoral de Estados Unidos y en un amanecer sin presidente electo, hubo un hecho sorprendente en las primeras horas del conteo de los votos. Florida, el estado más codiciado por los candidatos, el que fue la clave de las elecciones del 2016, se vistió de rojo y dio ganador al presidente Trump. Las encuestas que daban empate o ganador al demócrata Joe Biden, habían sido las primeras perdedoras.
Trafalgar Group era la que había pronosticado el triunfo de Trump en el estado que cuatro años antes fue la clave para que el hoy presidente llegara a la Casa Blanca. Voto a voto, condado por condado, ciudad por ciudad las cifras fueron haciendo subir y bajar de primer puesto a los dos candidatos hasta que al final, con el 96 % escrutado el presidente corrió hasta 51,2 % y el exvicepresidente se quedó colgado en 47, 8 %. Ya era claro: 5.657.933 de Trump, 5.282.894 de Biden.
En ese momento estaban celebrando los republicanos. Y Trafalgar. Varios días antes de la elección, era el único pronóstico en las letras rojas de Trump rojo un +2 entre los que registraba el prestigioso Real Clear Politics. En el 2016 había sido una de las pocas encuestadoras que atinó el triunfo de hoy presidente. En esa ocasión hasta vaticinó la victoria en los estados bisagra. Y en estas elecciones, que parecen reedición de las pasadas, Trafalgar espera nuevos aciertos, mientras los largos conteos y el voto por correo parece extender la incertidumbre en el tiempo.
Trafalgar está dirigida por el estratega republicano Robert Cahaly, y debe su nombre a la famosa batalla naval donde el vicealmirante Nelson derrotó la flota franco-española que apoyaba a Napoleón. La encuestadora dice que obtiene sus resultados por medio de encuestas muy cortas de uno o dos minutos para atrapar a quienes no suelen participar en estos sondeos políticos. Hablan de sus métodos para reducir lo que llaman “sesgo de deseabilidad social", porque, según Cahaly, la gente no está dispuesta a revelar sus preferencias.
Trafalgar tiene un lunar y es el ruido que existe alrededor de los que pagan sus sondeos. El diario El País cita al prestigioso analista Nate Silver, quien en su cuenta en Twitter explicó que había descubierto que Trafalgar recibió financiación partidista sin mencionarla claramente.
Calgahy, licenciado en Ciencias Políticas y cristiano ortodoxo que creció en Carolina del Sur y tiene ascendencia siria, no responde a las críticas y se jacta de su capacidad para desenmascarar el voto oculto y de la calidad, tamaño y alcance de sus muestras.
La atención, que ahora se centra en cuatro estados -Arizona, Georgia, Pensilvania y Nevada- donde cabeza a cabeza, se está dirimiendo quién será el próximo presidente de Estados Unidos. Calgahy está esperando anotarse allí otros puntos, mirando hacia el lado los cuestionamientos que no ponen entela de juicio sus métodos y su transparencia. Sea como sea, las encuestadoras parecen estar en mora de revisar sus datos y sus métodos mientras aguantan la posibilidad de un golpe más duro que el del 2016.