En el 2011 el Club Deportivo Cali tenía una deuda de 7 mil millones de pesos. En ese momento su presidente, Fernando Marín, sabía que podía manejar el pasivo con la venta de jugadores. Una década después y en la presidencia de Marco Caicedo, quien además es uno de los dueños de Colombina, la deuda ascendió a los 99 mil millones de pesos. Ni siquiera la venta de jugadores claves como Harold Preciado, goleador del último torneo, en más de cuatro millones de dólares al fútbol mexicano, ha logrado atemperar la tormenta. Uno de los grandes lastres que carga el Cali fue la idea de crear un estadio propio, el de Palmaseca, cuyo costo superó los 40 millones de dólares. El Cali espera atenuar esta deuda con los ingresos que le podría generar clasificarse a la segunda ronda de la Copa Libertadores, una suma que llega a los USD 1.093.000. De no ser así tendrían pensado incluso hipotecar uno de los clubes con mayor tradición en Colombia.
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