Diariamente, los capitalinos generan aproximadamente 9 toneladas de basura que ningún alcalde hasta ahora ha logrado organizar y solucionar puntos críticos de aseo como son el centro y las zonas comercio en las distintas localidades. El tema de la separación de las basuras de Bogotá en bolsas de color para aprovecharlos sigue estando bien atrasado. Solo el 17 % de los residuos que se generan en la ciudad son aprovechados por los 20 mil recicladores que tiene Bogotá. Este es uno de los retos que tiene la santandereana Consuelo Ordoñez, la nueva directora de la UAESP, a quien Galán le tiró un salvavidas para que regresará a Bogotá después de su derrota en su intento de ser alcaldesa de Bucaramanga.
Llega a enfrentar millonarios chicharrones jurídicos como el pleito por el relleno Doña Juana, pero con la tarea de organizar el caótico sector.
Según la propia Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP), en Bogotá se han detectado más de 730 puntos críticos, en los que diariamente son arrojadas más de 600 toneladas de basura por los ciudadanos y donde la ciudad debe invertir anualmente $ 17 mil millones para retirar dichos residuos que la afectan y la contaminan.
Como si esto fuera poco, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado cada año también debe invertir unos $ 30 mil millones de pesos para retirar toda clase de desechos de las alcantarillas, humedales, ríos y quebradas para evitar inundaciones en épocas de invierno, por los residuos que son arrojados a estos sitios por los mismos ciudadanos que aún no toman conciencia de los daños ambientales que esto genera tanto para el planeta como para la ciudadanía.
Ordoñez también debe velar para que los cinco operadores de aseo, tres extranjeras y dos colombianas que lograron estos billonarios contratos firmados con el 18 de febrero de 2018 en la administración del exalcalde Enrique Peñalosa por un valor de 4.8 billones de pesos por los 8 años para la recolección, barrido y limpieza en las 5 zonas en que se dividió la ciudad. A Ordoñez le tocará estructurar la nueva licitación en donde las presiones mayúsculas.
