“La educación, es una vocación no un escampadero”. Esta es una de las frases que repiten los decanos cada vez que le dan carga académica a un profesional que no tiene experiencia en educación.
Soy docente y tengo 25 años de experiencia en educación presencial y virtual, lo que me da autoridad para decir: la educación no está enferma, solo carece de creatividad. La creatividad debe caracterizar a todo docente, más hoy, teniendo en cuenta la situación que padece el mundo. Seguro existen docentes que tienen la vocación en su sangre, que preparan sus clases usando toda su creatividad. Muy probablemente otros solo hacen diapositivas y duermen a sus estudiantes con charlas inocuas que no le aportan nada al proceso.
Yo trabajo en una institución de educación superior privada que siempre tuvo en su ADN la educación virtual y así lo hizo durante los últimos 10 años. De mi experiencia, he podido determinar algunas variables que hacen que el proceso educativo no sea óptimo.
- La primero es tal vez el de más peso, la metodología virtual. Ninguna persona en el país se imaginaba que se iba a dar ese salto, que en términos prácticos fue como lanzarse al vacío.
- La segunda es que el estudiante debe afrontar esta metodología sin seguir protestando. Si el docente da el 100% por ciento de su esfuerzo, el estudiante lo debe redoblar.
- La tercera es que en pleno siglo XXI hay estudiantes que carecen de un computador en sus casas, sin contar con el tema de la conectividad a internet. Muchos han tenido que agotar su plan de datos para poder participar de la virtualidad.
Antes de cerrar, vale decir que la situación que está viviendo el mundo debe servir para que las universidades en Colombia trabajen en función de aspectos como capacitación docente en temas orientados hacia la pedagogía y didáctica encaminados hacia el modelo virtual. Aunque, claro, debo reconocer que las universidades privadas han hecho un gran esfuerzo por mantener a los estudiantes pegados a su estudio.
Como dije, la educación no está enferma, solo está falta de personas que la vivan, que la sientan. En resumen, les falta creatividad a quienes somos educadores. Sin embargo, eso no es todo, también se requiere de un Estado que dé herramientas a las universidades públicas y privadas para hacer del modelo virtual educativo una fortaleza en América Latina; y a la par se requiere desde las universidades menos retórica, menos reuniones y más motivación para la creación de Objetos Virtuales de Aprendizaje (OVA), para así generar un ambiente educativo menos traumático para nuestros educandos.
