Colombia necesita un cambio, la educación está en un punto donde pocos negarían su mal funcionamiento. Este problema se refleja en la sociedad actual, donde prima siempre un auge de mediocridad y desinterés. ¿Dónde estamos fallando? En mi opinión, es un círculo vicioso: la forma de pensar de la sociedad afecta la educación, que a su manera impide que la colectividad corrija su curso.
La educación funciona bajo los ideales de una revolución que afecto profundamente al mundo: la revolución francesa. Sus conceptos de libertad, igualdad y fraternidad han permeado en los estados occidentales y se han afianzado como columnas vertebrales de todas las constituciones. Eso a primera vista suena maravilloso, pero tomando el ejemplo de la educación se puede ver que puede llegar a ser bastante dañino, en especial el igualitarismo. Este, como fundamento, pretende igualar a todos a un mismo nivel, es decir que tendrá que bajar el barómetro de la sociedad hasta un punto al que todos puedan llegar, eso no hace más que marginar a las mentes más brillantes, premiando a la mediocridad. Se podría alegar que el bueno, en vez de salir perjudicado, ayuda a las mentes menos brillantes a destacar, pero eso es completamente erróneo. ¿O acaso a un deportista excelente le es útil compartir con compañeros inferiores a él? Lo que vemos obvio en los deportes no logramos verlo obvio en los salones de clase.
Este error previamente mencionado afecta desde la educación primaria hasta la universitaria, siempre primando la mediocridad por la excelencia. Un ejemplo que se ve millones de veces en los salones es el del sistema de calificación. En la actualidad el profesor no califica objetivamente, no mide solo la calidad del trabajo sino también una cantidad de cosas inmedibles como el compromiso, el esfuerzo, el tiempo dedicado etc. En resumen, cifras realmente imposibles de apreciar por el profesor ya que son datos que solo el estudiante conoce realmente. Todo esto causa que el final, un estudiante de excelentes capacidades y conocimiento con un gran desempeño en las tareas subjetiva, pero que sin ningún signo de interés que el profesor pueda notar, tenga un mismo desempeño de un estudiante que tuvo resultados mediocres en todo. ¿Cabe alguna duda de quien se desempeñara mejor en la vida real? El mito de que a través del esfuerzo se consigue todo debe acabarse, debe tenerse presente que el talento innato si existe.
Muchos de los grandes genios han abandonado la academia, siempre alegando que esta los limitaba. Re estructurando la educación conseguiremos potencial a millones de genios que hoy en día se pierden por ir al ritmo de mediocres. Si juntamos a la elite junta se retarán y constantemente se superaran. Esa es la forma de educar a los futuros gobernantes. Modelos parecidos existen en Europa, dando una explicación a la diferencia de sus gobernantes frente a los nuestros.
Colombia debe fomentar a la excelencia para que se acaben los desastres políticos causados por personas en cargos para los cuales no están capacitados. El cambio político se debe empezar desde primaria dándole un nuevo valor al esfuerzo, a la capacidad y a los talentos de verdaderas personas. Evitemos que limites económicos o sociales afecten a estudiantes con grandes capacidades mientras ricos mediocres acaparan los puestos. Que la naturaleza sea el único límite que tenga el ciudadano, acabar con el mito de la igualdad es el primer paso para lograr una política superior que lleve al país a un futuro libre de corrupción y de mediocridad.