La escuela es un lugar importante para la sociedad porque allí las personas pasan muchos años de sus vidas. En ese lugar se tiene la posibilidad de conocer la diversidad, ya que hay personas con diferentes formas de ser, razas y creencias. Además, se tiene la oportunidad de aprender acerca de las diferentes áreas del conocimiento, el arte y la cultura.
Es por eso que los estados le dan gran importancia, porque desde allí es donde se modela la sociedad. Por lo tanto, en la actualidad se apuesta por un sistema educativo inclusivo y respetuoso de la diferencia, aunque en la realidad la escuela se ha establecido alrededor de la sociedad de consumo donde la educación es una empresa y prima la competencia sobre la solidaridad y el trabajo colaborativo.
Por consiguiente, la escuela actual le teme a la diferencia y aunque permita a los niños y jóvenes con discapacidad estar dentro de sus aulas, practica la exclusión al negarles el derecho a la educación. Si bien desde la década de los noventa se viene aplicando la educación inclusiva, las directivas docentes, los profesores y el sistema educativo, vienen condenando a estos niños y jóvenes a ir a la escuela a socializar. De ahí que al final de cada año estos estudiantes son promovidos al próximo grado sin realizarles las adecuaciones curriculares correspondientes y sin preocuparse si avanzaron en los conocimientos científicos, culturales y estéticos, ya que el único parámetro que utilizan las directivas y docentes para promoverlos al año siguiente es la socialización.
Por consiguiente, para muchos docentes la educación inclusiva se ha reducido a la socialización de las personas con discapacidad con aquellas que no poseen ninguna discapacidad. Esto se ha dado porque según ellos no están preparados para enseñarles ni para tenerlos en las aulas regulares, así que se lamentan porque el gobierno cerró las escuelas especiales, y sueñan con que estas regresen para deshacerse de dicho problema. También, los padres de estos niños han colaborado con esta situación debido al desconocimiento de las normas legales o porque se instalan en el facilismo y en los prejuicios sociales al pensar que sus hijos no pueden hacer lo mismo que las personas sin discapacidad. Ahora bien, a las directivas docentes y profesores que aún tienen este pensamiento los invito a vivir el presente, ya no habrá un retroceso en el tiempo, la educación inclusiva se considera como un avance en las garantías de los derechos de todas las personas.
En la Constitución de 1991 en el artículo 67 se plantea que todas las personas tienen derecho a la educación ya que este es un servicio público donde las personas acceden a la ciencia, la técnica y los bienes culturales. Es así que la ley de Educación General, 115 de 1994 en los art. 46 al 48 habla de la integración de las personas con discapacidad en el sistema público de educación. Por lo tanto, los decretos 1860 en el parágrafo del art. 38 y el decreto 2082 de 1996 reglamentan los artículos mencionados de la ley 115, dando los parámetros de cómo deben integrarse las personas con discapacidad al sistema público de educación.
Unos años más tarde, se expide la ley 1346 que ratifica la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad y la ley estatutaria 1618, las cuales introducen los parámetros de la educación inclusiva. La primera en el art. 24 y la segunda, en el art. 11 mencionan como se debe llevar a cabo un sistema de educación inclusivo y como la deben implantar en sus PEI tanto los colegios públicos como privados. Como vemos, es una responsabilidad que tanto las directivas docentes como los profesores tienen de garantizar a las personas con discapacidad el derecho a la educación en todos los ámbitos mencionados en el art. 67 de la Constitución colombiana.
Muchos creen que no es posible que la inclusión sea una realidad. Recuerden que lo que pensamos es lo que la modela, si usted tiene resistencia frente a tener en el aula de clase a un estudiante con discapacidad, de seguro será una carga y no podrá enseñarle porque sus prejuicios no lo dejarán pensar. Si usted es uno de esos docentes lo invito a buscar en Youtube los siguientes vídeos en los que muestran que la inclusión es una realidad que sí podemos alcanzar: Un recreo loco como ideal, allí vemos cómo es posible tener una escuela inclusiva donde caben todas las personas sin importar su discapacidad; El circo de las mariposas, un cortometraje donde el protagonista, el señor Méndez, nos enseña que podemos extraer lo mejor de cada ser humano sin importar las circunstancias que rodean a las personas; y por último, Cuerdas, un cortometraje donde una niña sin saber de pedagogía ni cómo tratar con las personas con discapacidad, logra vencer los prejuicios y las barreras que aparentemente tiene un estudiante que ingresa a la escuela con parálisis cerebral, al idearse como interactuar con él e incluirlo como persona. Estos vídeos reflejan que la inclusión es de actitud, que si usted cree en ella podrá hacer que los estudiantes con discapacidad no vayan a la escuela solo a socializar sino a aprender como todos sus compañeros.