Durante nuestra historia la educación ha sido un tema de gran discusión por sus formas de gestión y de voluntad de realizar las cosas. Como ciudadano he decidido investigar un poco más sobre esta realidad que está afectando a los docentes, padres de familia y los más perjudicados: niños y jóvenes que reciben clases en las instituciones del sector oficial y privadas.
En primer lugar, el problema que siempre hemos tenido es la falta de voluntad política por parte de nuestros gobernantes para solucionar las necesidades de una educación que ha sido maltratada por reformas o leyes que busca es el beneficio personal y no una buena formación integral para nuestros niños y jóvenes que quiren salir adelante. El otro problema que siempre tenemos es que acá en Colombia no les damos importancia al problema de las malas gestiones educativas por parte de nuestras directivas y gobernantes. Ellos prefieren buscar votos para afianzarse en el poder y perjudicar a una ciudadanía que quiere una educación de calidad y digna.
Por otra parte, el otro inconveniente es que desde nuestras casas seguimos bajo las reglas tradicionalistas y conductistas con la excusa de corregir a nuestros jóvenes cuando cometen errores académicos y de convivencia. ¿Qué podemos esperar de una buena calidad educativa si a nuestros padres se les educó de manera agresiva? ¿Qué podemos esperar de una mejor educación si nuestros padres piensan que un colegio es una guardería? ¿Cómo vamos a exigirle a un estudiante que tenga un mejor promedio si nunca se ha cambiado el sistema o los modelos sociales políticos y culturales? El problema es que en la actualidad el sistema educa a nuestros hijos para competir y no para ser solidarios con los demás. No es posible que un gobierno corrupto, que nunca ha tenido idea sobre los problemas educativos del país, venga a decirnos la forma adecuada de evaluar cuando ellos mismos saben que esas pruebas que se aplican es pura trampa y burocracia.
Ahora, algunos medios de comunicación quieren estigmatizar a la opinión pública que los únicos culpables de estos malos resultados de la educación son los profesores si nunca han tenido la molestia de investigar bien las necesidades reales de una ciudadanía que pide una educación de calidad y digna. ¿Porque algunos medios de comunicación no investigan en los colegios públicos y privados el salario miserable que les están dando a las aseadoras, carpinteros y los docentes? ¿Por qué realizan tanta propaganda negra? ¿Acaso los políticos les pagan para desprestigiar a los docentes? Juzguen ustedes.
Las soluciones al problema educativo del país son muchas. En primer lugar, que se forme un único estatuto en las cuales el docente tenga la garantía de trabajar dignamente; dos, que nuestros docentes se unan con los padres de familia y ayuden a desarrollar sus habilidades para realizar un buen proceso de formación integral; tres, que se cambien las metodologías de evaluación y que se les haga una nivelación salarial justa y digna para nuestra labor ardua; cuatro, que se cambie la forma de pensar y los modelos sistemáticos de la educación de acuerdo con las necesidades reales de la ciudadanía.
Por último, aprovechemos esta movilización para concienciar a la opinión pública que la educación no es un juego, es una formación para la vida integral del ser humano y por lo tanto se debe respetar y cuidar para el buen futuro de nuestros hijos.
