En estos días, Darío Acevedo, el nuevo director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) recibió una dura carta de la unanimidad de profesores y profesoras del Departamento de Historia de la Universidad Nacional de Colombia en la que le recuerdan su pasado como víctima del paramilitarismo en Colombia y el apoyo que recibió por parte de dicho departamento cuando fue estudiante de su maestría en Historia; pero sobre todo, le manifiestan su preocupación por su postura abiertamente negacionista con respecto a la existencia del conflicto armado en Colombia, así como le solicitan que por favor respete y garantice que la memoria no será instrumentalizada para estimular venganzas.
Esta exigencia de carácter epistolar, se reviste de especial relevancia por la coyuntura por la que atraviesa Colombia con un gobierno que cada vez disimula menos su carácter fascista y déspota, persiguiendo a pequeños comerciantes informales, abusos de autoridad, conformación de nuevos grupos paramilitares, asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos, favorecimiento descarado a grandes empresarios y persecución a pequeños y medianos, abolición de subsidios para los más desfavorecidos, manipulación mediática, y como si todo esto fuera poco, ahora también la cereza que le faltaba al pastel: el regreso de los falsos positivos por parte de las Fuerzas Armadas (con integrantes de la cúpula y todo).
Es por esto que una carta como esta, que demanda garantizar la pluralidad y derecho a preservar la memoria histórica de todas las víctimas y no solo de las que le convienen al estamento (la versión oficial), es tan necesaria; especialmente cuando cada vez es más y más evidente que quien dirige el país, a través de un títere sin carácter, es uno de los principales victimarios y verdugos de la historia reciente del país (quien además, y por cierto, se podría ver seriamente perjudicado por la correcta labor del CNMH). De ahí, la muy justificada preocupación porque la memoria histórica del país no se institucionalice para producir esa historia única que tan solo beneficia a las tiranías y aplasta bajo su pesada bota a los más vulnerables.
Si quiere conocer la carta en mención, la anexo a continuación: