Pirry es un bacán. Llega 15 minutos tarde a la cita y se siente apenado. Siempre es más bajito de lo que uno piensa. Sin embargo, no sabía que era tímido. Cada vez que alguien se acerca a saludarlo el rojo le tiñe la cara. Sin embargo, cuando la cámara se pone en rojo, Pirry recupera su arrojo y cuenta su vida. Tenía 19 años cuando, mientras cursaba tercer semestre de zootecnia en La Universidad de la La Salle, una vaca le habló mientras él le metía la mano entre el culo. Era la manera de hacerle una ecografía. La vaca se volteó y con los ojos le dijo ¿A ti si te gusta esta mierda?
Y le hizo caso a la vaca y se decidió a hacer lo que más le gustaba: los deportes extremos, y subió el Everest y el Aconcagua y se tiró de avionetas y denunció la Cartagena de los ricos y las tierras en Risaralda de Mauricio Lizcano. Esa consecuencia le trajo amenazas, angustias y una depresión que arrastra desde hace años. De todo eso nos habla.