En los últimos días, un grupo de católicos indignados, y con acceso a internet, ha estado promoviendo una campaña a través de redes sociales, en la que se ataca de manera directa el criterio del programa Séptimo Día del Canal Caracol. Las críticas de varios usuarios, se basan en la forma en que, según ellos, fue expuesto el tema de la homosexualidad y la pederastia en sacerdotes católicos a través de la primera parte de la Crónica: Secretos bajo la sotana.
Dicho especial de Séptimo Día suscitó una gran controversia, puesto que pone en discusión algo que todo el mundo sabe pero que nadie se atreve a hablar. Y es que siendo serios, a nadie le gusta que le cuestionen sus creencias, y menos a los católicos. Pero es curiosa la forma en la que ellos están reaccionado frente a tal situación, pues recuerdo no hace mucho, que algunos católicos fueron los primeros en satanizar y patologizar temas fundamentales de interés político como: el aborto, el matrimonio y la adopción igualitaria. Entonces ¿a qué jugamos? Según su lógica, es válido hablar pestes de las demás formas de vida, pero ojo, que nadie se meta con la mía.
Este hecho, que no reúne a la totalidad de los católicos, ha planteado algunas cuestiones que merecen ser expuestas. Primero, la religión desde su naturaleza está basada en creer las cosas a través de la fe, es decir, creer por creer, sin poner en duda lo que nos dicen. Recuerdo que cuando era niño, alguna vez me llevaron a misa y el sacerdote dijo: “Repitan todos, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa” Con asombro, a mis 9 años, veía cómo mis compañeros repetían esa frase dándose golpes de pecho, y pensé: ¡Qué culpa ni que nada, yo no he hecho nada malo! Y tal vez ese es el error de muchos que se hacen llamar católicos, creer sin dudar.
No quiero ser malinterpretado, en ningún momento propongo poner en el paredón la existencia de Dios, pero sí creo que es sano que las personas se hagan preguntas, que duden, que se cuestionen, y que sobretodo, investiguen sobre lo que les han enseñado para que construyan un criterio propio. De esta forma, tomarán en serio los planteamientos católicos fundamentales: amor, respeto, tolerancia y solidaridad.
De igual forma, los mensajes que comparten en Twitter algunos católicos iracundos, demuestran la doble moral en la que muchos pueden estar cayendo. ¿Desde cuándo los católicos son personas llenas de odio y con sed de venganza? Desde siempre. ¿No se supone que Jesús promulgó un mensaje de tolerancia frente a las diferencias y a los ataques? ¿Eso de poner la otra mejilla ya se les olvidó? Si fueran católicos de verdad, no estarían dándole a la sociedad un discurso de odio y resentimiento, como el que están haciendo con #ProntoBoicotCaracol. ¿Boicotear a un medio de comunicación es una posición cristiana? En mi opinión, y en palabras de Dios, él es el único que puede juzgar. Y esa es otra de las tantas contradicciones católicas.
Por otro lado, lo que el programa Séptimo Día hizo a través del Canal Caracol nos demuestra lo complicado que es hacer periodismo, y más aún cuando éste pone en duda lo que la mayoría defiende. No soy fan del Canal Caracol, pero celebro que se arriesgue a criticar algo que muchos colombianos defienden a capa, espada y crucifijo. Finalmente y con ánimo de bajarle el fuego a la estufa, les propongo a los católicos que satanizan a Caracol que se pregunten: ¿Qué haría Jesús?
@bonserfelipe
