Darwin enseñó que la diversidad de las diferentes formas de vida es una muestra de la compleja magnitud que posee la naturaleza, lo que convierte cada ser vivo en un fotograma de una película que comenzó hace miles de años. Sin embargo, en pleno siglo veintiuno XXI y en Colombia, aún hay personas que rechazan y niegan la existencia de esta diversidad.
Las batallas que ha emprendido la comunidad LGTBIQ+ en el mundo por el reconocimiento de sus derechos, ha dejado grandes victorias en algunos países, tales como la despenalización de la homosexualidad, la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo, la adopción conjunta por parte de parejas del mismo sexo, entre otras. Sin embargo, todavía falta mucho por conquistar. Actualmente hay 78 países donde la homosexualidad es ilegal y otros donde incluso se castiga con la pena de muerte.
En Colombia, ser homosexual es enfrentarse no solo a la discriminación social, cultural, sino también a la económica. Según el Banco Mundial, la comunidad LGTBIQ+ es la que tiene menor nivel educativo, desigualdad en el acceso a la vivienda, mayores tasas de desempleo, acceso insuficiente a la atención en salud y menor acceso a servicios financieros. Así revela Talento Diverso, quien señala que para el 2016 las personas LGTBIQ+ representan 8% de la población, de las cuales casi la mitad han sido excluidas de los procesos de selección laboral debido a su orientación sexual y más del 90% ha manifestado ser discriminada en los procesos de ascenso laboral. Para las personas trans la situación es aún peor, solo en Bogotá el 4.3% de las personas trans para el 2013 habían firmado un contrato laboral formal.
La fórmula para acabar la discriminación es por medio de un Estado fortalecido que intervenga mediante una política educativa en donde se comprenda que la división entre masculino y femenino, no es obligatoria; unas instituciones del Estado que actúen sin prejuicios y un marco legislativo en donde se le garantice a las personas LGTBIQ+ una vida libre de discriminación.
Países como Holanda han demostrado que esto es posible gracias a la exitosa política educativa y sexual. Logrando así leyes que exigen igualdad de trato entre las personas y prohíben explícitamente la discriminación basada en las características sexuales, la identidad de género y la expresión de género.
Si queremos erradicar las causas de la discriminación empecemos por sacar de la política a gobiernos que, con su visión retardataria, excluyente y elitista, pretenden continuar y fortalecer el atraso.
