Lo que parecía una simple pataleta de caudillo, está haciendo eco en esta sociedad colombiana sedienta de tranquilidad y tolerancia de los unos con los otros. El caso que nos embarga desde hace una semana es el de la señora diputada Ángela Hernández quien, a través de cual medio periodístico que se le atraviese, promulga sus valores conservadores y sataniza por doquier a la comunidad LGBTI y a la propuesta de la señora ministra, Gina Parody, como en tiempos de inquisición.
Cómo quisiera yo que esta enérgica protesta de convicciones puras y principios morales fuera realmente para cuestionar desde el respeto y el debate político lo fallado por la señora Parody. Pero no. Es uno de los tantos shows populistas de los que estamos acostumbrados a ver como los del señor Uribe, de utilizar cualquier coyuntura para salir lanza en ristre a martirizarse como los mesías de la política colombiana. Que no nos extrañe que las convocatorias a marchas, firmatones y a salir a plazas públicas por una Colombia “ANTI GAY” sean solo el simple esfuerzo de la diputada de catapultarse al Congreso de la República, es decir, sin más allá y sin más acá, muy seguramente veremos en las próximas elecciones a la señorita Ángela en el tarjetón al Congreso o en vallas, postes y paredes, con su nuevo lema y fortín de votantes: “Rescatando Principios”.
Cómo sería nuestro país de diferente, si la enérgica tarea en tratar de ridiculizar un grupo social diferente y en tratar de dividir aún más un país fragmentado, la invirtieran en hacer realmente debates de control político a los recursos de la educación, la salud e infraestructura. Cómo sería nuestra Colombia de distinta, si con el mismo ahínco buscáramos soluciones a la situación de nuestros niños Wayuu, o defendiéramos los derechos de nuestros campesinos y veláramos por nuestros derechos fundamentales.
Debemos construir una Colombia más saludable. Los grupos extremistas y radicalistas como el de la señora Ángela -- populistas por su naturaleza política-- explotan el miedo y crean el pánico de los que no pueden ser aún un poco más racionales, en donde entonces convierten el intento de PAZ en terrorismo y las diferencias de identidad de género en una guerra.