Fico nunca ha escondido su talante católico. El mismo que le inculcó su papá, Hernán Gutiérrez Isaza, ingeniero civil de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional y su mamá, la delineante de arquitectura Amparo Zuluaga Gómez. En la iglesia del barrio Belén todavía lo recuerdan algunos vecinos asistiendo a misa en pleno fragor de la Medellín de los ochenta, plagada de sicarios de Pablo Escobar.
No ha cambiado nada ahora que va en su carrera a la presidencia y así lo manifestó este sábado 9 de abril. El candidato presidencial decidió adelantársele a la Semana Santa y visitó la casa de la Hermana Laura, la única santa colombiana, en Jericó, el pueblo donde nació. En este viaje, que no hizo como parte de su campaña a la presidencia, lo acompañaron sus hermanas Juliana Y catalina, para rendirle homenaje a Jerónimo, su sobrino que estaría cumpliendo 14 años; una tragedia de la que todavía se intentan recuperar.
En el 2008 todo brillaba para Juliana Gutiérrez. Estaba casada con Andrés Alvear, un comerciante que tenía almacenes de accesorios en toda la ciudad y pensaba hacer una franquicia. Para colofón de esa felicidad nació Jerónimo, el 9 de abril de 2008. Sin embargo este sería el comienzo de uno de los momentos más tristes de la familia Gutiérrez.
El pequeño fue diagnosticado con cáncer de próstata cuando tenía 2 años. Unos cólicos alertaron a la familia y lo llevaron a la clínica donde detectaron el problema. Federico, que en ese momento acababa de ser reelegido como concejal de Medellín, se aferró con su familia a la madre Laura.
Nacida el 26 de mayo de 1874, Laura Montoya tuvo una infancia difícil. A los cinco años tuvo que ver como mataban a su papá por defender sus convicciones religiosas. A los 14 ya se había entregado de lleno al señor. Según sus memorias sufría de ataques de fe. Estaba en alguna calle en Medellín cuando la presencia del señor la hacía hablar en lenguas. La gente creía que estaba loca pero se acogió al magisterio y ya, en 1901 fue la rectora del Colegio de la Inmaculada de Medellín. En 1914 se fue para Dabeiba y el Chocó a evangelizar a los indígenas. Tres milagros atestiguados por el Vaticano la convirtieron en el año 2013 en la primera santa colombiana. Fico se aferraba a su imagen como vemos en esta foto.
La agonía del niño fue terrible, duró 10 meses. Primero vino una cirugía, luego la radioterapia. Jerónimo se aferraba a la vida y Federico estuvo todo el tiempo pendiente de lo que sucedía a pesar de lo apretado de su agenda. Después de 4 meses de estar Jero recibiendo quimios, le empezaron el esquema de radioterapias. 20 sesiones que debían ser seguidas. Todas bajo anestesia general.
Antes de cada radio, Jero debía cambiarse la ropa que llevaba puesta por una bata del hospital y luego se amarraba su cobijita naranjada en el cuello, que le quedaba como una capa y salía corriendo por todo el corredor gritando "¡Super Jero!" Así fue como se hizo famoso en el hospital, todo el mundo tenía que ver con él.
El 25 de enero del 2012, Jerónimo murió rodeado de todos los que amaba. Las huellas, 10 años después, aún perviven y uno de los consuelos que encontró la familia fue la fe en la hermana Laura y un libro. Además Juliana volvió a ser mamá.
En el 2018 nació Alicia quien también tenía una enfermedad degenerativa que aún, a punta de fe y de ciencia, están tratando. De la tragedia no solo quedo el sinsabor, sino que Juliana creó un libro, Superjero, para reconfortar a grandes y chicos sobre el proceso de perder un hijo.
Por eso, la familia entera se reunió en Jericó a rendirle honores a la Madre Laura y por eso esta foto lo sorprendió frente al altar de la iglesia de Jericó, junto a sus hermanas Juliana y Catalina:
Juliana, desde su cuenta de Instagram, escribió lo siguiente y recordó la importancia de Jerónimo para su familia:
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