La devaluación es la pérdida del valor nominal de la moneda de un país frente a otras monedas o divisas. Entre las causas, pueden estar la falta de demanda de la moneda local por baja actividad económica o también se debe una escasez de divisas que generalmente se traduce en una mayor demanda de dólares por parte de los inversionistas. Sobre dicho fenómeno actúa un marco económico estructural de mediano y largo plazo, y dado la alta especulación en los mercados financieros y cambiarios, las expectativas juegan un papel coyuntural importante pero no determinante.
Hasta hace unas décadas la devaluación fue aplicada como una medida de política económica para favorecer la competitividad en precios -no en calidad- respecto a otros mercados y así impulsar las exportaciones, pero a la vez encarecía las importaciones. En aquella época, el Banco de la república controlaba a través de un techo-piso el valor de la divisa, lo cual cambio después de 1992. Ahora en el mercado especulativo, la devaluación favorece a los poseedores de dólares, como también a quienes exportan pues la monetización a un tipo de cambio que sube rápidamente, favorece considerablemente.
A continuación, expongo los resultados de las políticas económicas de los gobiernos en los últimos 30 años, destacando que la devaluación está asociada con la escasez de dólares y la baja productividad en Colombia, como se puede apreciar en indicadores de la balanza de pagos, la balanza comercial, entre otros.
En los periodos presidenciales se observa una correlación entre devaluación y la balanza comercial, en virtud que el comercio exterior ha sido deficitario desde el gobierno de Gaviria hasta nuestros días, salvo en el periodo 2006-2010 con una cifra que en el contexto macro no hace mayor aporte a las reservas internacionales y tiene poco efecto en el mercado cambiario… pero algo es algo.
Es decir, las importaciones pesan más que las exportaciones lo que significa una mayor salida de divisas al extranjero, una debilidad en el sector exportador y en el aparato productivo. Al tener en cuenta el periodo del expresidente Uribe, hubo una revaluación del 32%, pues desde 1998 comenzó a entrar “algunos” dólares al mercado cambiario, lo que contribuyó a dicha revaluación, pero después de 2010, la salida de dólares -vía importaciones- fue mucho más grande, contribuyendo a una devaluación del 60% y 50% en los gobiernos de Santos y Duque, respectivamente.
La mayor devaluación fue en el gobierno de Pastrana con una caída del 95.7%. pero se le abona a Pastrana, que la inflación, cayó en 4 puntos, es decir, que dicha devaluación no se reflejó en el costo de la canasta familiar, fenómeno que se puede explicar con un incremento en la variación del PIB que pasó del 0.6% al 2.5%. En ese orden se esperaría que la revaluación del peso, este asociado con la caída de la inflación, lo cual aparentemente sucede en la gráfica, sin embargo, la caída de ella esta correlacionada significativamente con el crecimiento del PIB que paso del 2.5% al 6.7% y luego se estabilizó en el 4.5%...
Tambalea la tesis que la devaluación implica necesariamente un encarecimiento de productos. La inflación es contrarrestada por el crecimiento del PIB, toda vez que éste provenga del sector industrial… lastimosamente, el último crecimiento del PIB 2021-2022 fue con base en el sector servicios (bancarios y comunicaciones), que no contribuye a controlar los precios de los bienes, vías mano invisible, por ello la alta inflación del 10.84% que dejó el expresidente Duque.
A nivel macroeconómico y en el largo plazo, la tendencia de la tasa cambiaria es devaluacionista, al igual que el déficit fiscal, el déficit en balanza de pagos, el déficit en balanza comercial y el 0,2 de productividad respeto al mundo. Es decir, dejamos de ser productores de bienes, ya no somos exportadores productivos, ni competitivos.
Esto nos llevó, a muchos colombianos, desde la clase alta hasta quienes estamos en el autoempleo, al mercado de la especulación. Casi todos nos refugiamos en el dólar, lo compramos, lo acaparamos, por tanto, su escasez y encarecimiento… …bien puede la ministra de minas, decir uno u otro exabrupto, pero eso no cambia una tendencia de más de 30 años… dejamos de ser productores para ser especuladores.