El 10 de diciembre de 2019 se radicó ante la Secretaría General del Senado de la República el proyecto que busca convertir en municipio especial al corregimiento de Palenque de San Basilio. Este fue presentado por Fernando Nicolás Araujo, senador del Centro Democrático, quien el 11 de abril en Palenque se había comprometido con el presidente Duque a llevar ante el Congreso la propuesta. Con este paso los políticos le cumplen a Palenque. Además, con ello empiezan a pagar una deuda histórica que le puede permitir a este pueblo avanzar en la mejoría de la calidad de vida de sus habitantes.
Antes de adentrarme en el debate de los beneficios y los fines de convertir esta comunidad en municipio con autonomía presupuestal, administrativa y política, es importante decir que esta es una deuda historia que se tiene con este pueblo que tantos aportes le ha hecho a Colombia. Por ejemplo, en tiempos de la colonia, enseñó a los criollos a luchar por la independencia mostrándoles con el ejemplo de los cimarrones, liderado por Benkos Bioho, que se podía salir del yugo español. La gesta cimarrona le imprimió moral a los hijos de españoles que después con Simón Bolívar a la cabeza iniciaron la batalla por la independencias.
Y eso no es todo. Este pueblo también le enseñó a ganar a nuestro país. Cuando Colombia era desconocida internacionalmente porque no había tenido protagonismo alguno, fue el palenquero Antonio Cervantes, también conocido como Kid Pambelé, quien le trajo su primera corona mundial de boxeo en 1972. Después vinieron los hermanos Ricardo y Prudencio Cardona, que se coronaron campeones, con esto igual que en el pasado diciéndole al país que es posible ser campeón y ganar algo a nivel internacional. A la par, en 1969, el palenquero Evaristo Márquez fue el primer colombiano en tener un papel protagónico en el cine: al lado de Marlon Brando apareció en la película Quemada.
Los últimos dos ejemplo de dignidad de este pueblo tienen que ver con que en el 2005 fue declarado obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad por la Unesco y en el 2014 su gastronomía fue reconocida con un libro de comida al ganar un premio mundial en Beijing donde compitió con 187 países (este libro fue el más importante en ese evento de gastronomía).
Con todos estos elementos históricos y con su presente, una vez más decimos que la iniciativa presentada ayer en el Congreso no es un capricho del gobierno y su bancada, sino que es una deuda histórica en término de reparación que tiene la sociedad colombiana con esta comunidad que a pesar de su abandono ha aportado mucho a la sociedad colombiana y todavía le puede seguir aportando, especialmente si el Estado realmente le presta la atención debida.
Con el primer paso de ayer quiero decir que ahora le toca al Congreso en su conjunto discutir la propuesta y llenarla de más elementos que permitan que la declaratoria de municipio especial no se quede en una simple declaratoria. Esta debe tener como eje principal la mejoría de las condiciones de vida de todos los palenqueros, esos que deambulan sin empleo, los niños de los sectores periféricos del pueblo (como los del sector de la loma), esos de la bonguita que llegaron desplazados, esa cantidad de mujeres y jóvenes que tienen que salir a las grandes ciudades a trabajar vendiendo, en construcción, en casas de familia porque no tienen otra oportunidad. También a esos cientos de jóvenes que han terminado el bachillerato y les toca ingresar a las universidades de garaje o a realizar cualquier curso porque sus padre no tienen cómo darles un apoyo para que sigan sus estudios superiores y la calidad de su colegio no les permite obtener buen resultado en pruebas académicas que les permita ingresar a una buena universidad y cursar la carrera que deseen. Es en esa gente que debe redundar el hecho de Palenque municipio y no en una pequeña elite de mi pueblo.
Ahora para que los efectos sean los esperados con esta municipalización, repito como en otros escritos, se requiere de un gran debate sobre los efectos de la municipalización, donde podamos discutir, entre otras cosas, cómo se va a mantener la “burocracia” administrativa del pueblo. Lo primero, en términos de reparación, de parte del gobierno nacional debe haber un compromiso de sostenibilidad de la carga administrativa del pueblo como medida de reparación, mínimo de cincuenta años, para que Palenque municipio no se convierta en una carga económica para su gente.
Lo segundo es sobre la discusión de la armonización política entre la ley ordinaria y el derecho consuetudinario de nuestro pueblo, que se refleja en el kuagro, el consejo comunitario, la guardia cimarrona y otras formas organizativas que generan convivencia. Estas deben estar en armonía con los sistemas de justicia, órganos de control, etc.
Lo tercero es sobre la forma en la que se van a elegir autoridades políticas (alcalde y concejo), cuáles van a ser esos requisito mínimos para ocupar esos cargos. Acá creo que se deben priorizar elementos como el haber nacido en Palenque, haber estudiado y representar ese interés de la comunidad. Con estos tres puntos solo quiero iniciar un debate que debe tener muchos más elementos.
Quiero decir que para que todo esto suceda en el Congreso de la República deben entender que esta no es una cuestión de partido sino de reconocer y dignificar la vida de un pueblo que le ha aportado al país. Esta radicación de ayer fue el primer paso, ahora falta el debate y la aprobación en el parlamento, después la sanción presidencial y por último el debate en la asamblea departamental de Bolívar, que tiene la última palabra en este proceso de municipalización. El camino no es fácil ni corto, pero lo más importante es que ya inició.
Desde el palenque, un cimarrón todavía