Durante los años 90, Faustino el Tino Asprilla era uno de los jugadores colombianos mejores pagos del mundo. En su estadía en Italia, jugando para el Parma, alcanzó a recibir un salario anual de 700 mil dólares, 509 millones de pesos de la época; y cuando se fue a Inglaterra, a militar en Newcastle en 1995, llegó a recibir un salario mensual de 320 mil libras esterlinas, lo que para ese año equivalía a 490 millones de pesos. Sin duda, fue uno de los futbolistas cafeteros que más facturó durante se carrera, sin embargo, tras su retiro, ese dinero se esfumó como el humo, pues la deuda del Tino alcanzó a superar los mil millones de pesos, razón por la que quiso ingresar a la Ley de insolvencia en 2021.
Y es que después de decirle adiós a las canchas y queriendo aprovechar la fama que le había dado el fútbol, el delantero nacido en Tuluá decidió convertirse en todo un empresario y lanzó emprendimientos que iban desde preservativos y bebidas energéticas hasta un club de fútbol. Algunos de ellos fueron un fracaso y otros no tanto, pero finalmente esas empresas, sumadas a sus excentricidades, lujos y también a su vida ‘fiestera’, terminaron por acabar con el patrimonio que ganó haciendo goles en Colombia, Italia, Inglaterra y Brasil.
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Los negocios que no le prosperaron a Faustino Asprilla
Uno de los negocios del Tino que más dio de qué hablar y al que no le terminó yendo tan bien como esperaba fue su propia marca de preservativos llamada Condones Tino. El futbolista lanzó dicho emprendimiento en 2016 con ayuda de la farmacéutica colombiana CS-Pharma y tras el anuncio, tomó como excusa la famosa fotografía que le tomaron jugando con la selección Colombia, en la que se le vio su miembro, para iniciar el tema publicitario. Aun así, no pudo seguir pagando la producción, que se estaba haciendo en China, y los preservativos desaparecieron.
Así mismo, además de los preservativos, Fausto también incursionó en el mercado de los licores en 2020 cuando lanzó el vino Asprilla de la mano de Fabio Cordella, un director deportivo bastante reconocido por fundar una cantina y producirle vino a Ronaldinho, Sneijder, Roberto Carlos, Zambrano y otros futbolistas. Para mala suerte del exfutbolista de Tuluá, el lanzamiento del licor coincidió con la llegada del COVID-19 al país, por lo que su inversión no se vio traducida en ganancias y el vino no se fabricó más.
Finalmente, el último desacierto del Tino Asprilla con sus emprendimientos lo hizo en septiembre de 2021, dos meses antes de acogerse a la Ley de insolvencia, tras lanzar un energizante sexual a base de borojó, chontaduro y maca bajo la marca Productos Tino. En diciembre del mismo año, el Invima recomendó no consumir la bebida del futbolista, que según la etiqueta la podían consumir niños de 4 años en adelante, pues incumplía con la normatividad sanitaria de promover un alimento como una bebida energizante con efectos en salud como potencializador sexual y terminó siendo otra perdida de dinero.
Ve! te dejaron en fuera de lugar en amor y amistad?
— caremonja (@caremonjaja) September 22, 2021
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La deuda del Tino que fue admitida en la Ley de insolvencia económica
Después de los fallidos emprendimientos del Tino Asprilla, el jugador decidió ingresar a la Ley de insolvencia y fue admitido el 4 de noviembre de 2021 después de que su abogada, María Camila Ángel Díaz, solicitara la admisión del futbolista. Según el documento publicado por la Superintendencia de Sociedades, tanto el deudor, Faustino Hernán Asprilla Hinestroza, como su contador certificaron que, a corte de 31 de agosto de 2021, el exjugador tenía obligaciones vencidas a más de 90 días por valor de 1.286 millones de pesos, que equivalían al 96,52% del total del pasivo del goleador, que alcanzaba un total de 1.332 millones. El mismo documento afirmó que no tenía deudas con el fisco y que los aportes de seguridad social para sus empleados también estaban al día.
Hoy, dos años después de que el Tino decidió acogerse a la Ley, no se sabe si sus deudas se han reducido o, por el contrario, han aumentado, lo único cierto es que el exfutbolista de la selección Colombia ha revelado en ciertas entrevistas que, en la actualidad, el único ingreso que recibe es través de la venta de caña de azúcar, que siembra en su finca en Tuluá. Además de eso, su trabajo como panelista en ESPN también le deja algunos millones, con los que ha podido sobrevivir estos años, y su escuela de fútbol Club Atlético Faustino Asprilla sigue en funcionamientos.