Los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta siempre se han referido al resto de los humanos como “hermanos menores”, tal vez porque tienen claro lo inmaduros e irresponsables que hemos sido en el cuidado y respeto a la naturaleza.
Y eso queda en evidencia una vez más con la destrucción de un entorno de gran valor ecológico, considerado sagrado por los indígenas de la Sierra, en la desembocadura del Río Ancho, municipio de Dibulla, en La Guajira, con fines aparentemente turísticos, según denuncian los propios indígenas y se constata en fotografías.
Los denunciantes reclaman la implementación inmediata de medidas de protección ante los graves daños ocasionados a varios espacios sagrados de los cuatro pueblos indígenas de la Sierra.
Son intervenciones a gran escala y con maquinaria pesada en los manglares, humedales (con la consecuente afectación a otras especies de flora y fauna) y áreas aledañas a la desembocadura del Río Ancho. “Las autoridades de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada expresan gran consternación por la escala de las obras y sus afectaciones a la función tanto ambiental como ancestral”, se lee en la denuncia del resguardo kogui-malayo-arhuaco.
“Esos espacios sagrados en la desembocadura de Río Ancho nunca habían sido intervenidos de esta manera y no deben ser afectados. Dentro de nuestro conocimiento, esta actividad es ilegal y no se ha expedido ningún tipo de permiso para realizar estas obras que, por su carácter, no son permitidas”, añade la comunicación, con copia a los ministerios del Interior y Ambiente, Procuraduría, Defensoría del Pueblo, CorpoGuajira y el Consejo Territorial de Cabildo (CTC).
Los daños se evidencian en espacios cobijados por el Decreto 1500 del 6 de agosto de 2018 y la Resolución 837 de 1995; la cartografía para el decreto en mención fue incluso preparada de forma conjunta entre los cuatro pueblos de la Sierra Nevada y la cartera del Interior.
“Dichos espacios sagrados son de incalculable importancia para las autoridades ancestrales de los cuatro pueblos, para mantener el equilibrio de la naturaleza en la Sierra Nevada. Son la base y el soporte de las lagunas principales en el páramo... (…) Llevamos desde tiempos inmemoriales cuidando estos espacios y haciendo trabajo allí para proteger toda la Sierra Nevada”, añade la denuncia.
La protección de los territorios ancestrales es un derecho fundamental consagrado en la Constitución y es reconocida por el derecho nacional e internacional, incluida la Sentencia T-849 de 2014 de la Corte Constitucional, que brinda especial protección a la llamada Línea Negra y sus espacios sagrados.
Los ecosistemas y comunidades naturales afectados forman eslabones fundamentales en la estructura y conectividad ecología de la Sierra, y como tales también son protegidos por normas ambientales y de ordenamiento territorial, pues son de conservación.
Los denunciantes recuerdan que los pueblos indígenas tienen el deber de velar por la integridad ambiental y espiritual de su territorio, para el bien de todos quienes viven y dependen de él.
Y solicitan a las autoridades competentes adoptar medidas urgentes para proteger estos espacios sagrados y los ecosistemas de tanto valor, lo que incluye realizar una visita al sitio con autoridades ambientales, el ministerio público, Policía ambiental y demás para caracterizar la gravedad de las afectaciones e instaurar las acciones pertinentes para suspender dichas actividades y proteger estos espacios.