En los inicios de la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, Finagro (Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario) promovió la siembra de maderables, melina, teca, y otros, etc.
En 2005 se firmaron varios contratos de cuentas en participación y otros de arriendo entre Finagro y sus operadores, con pequeños y medianos empresarios del campo, víctimas del paramilitarismo y las guerrillas.
Posteriormente, por decisión de la junta del Fondo se decide traspasar el contrato de Finagro a varios operadores (muchos de ellos sin experiencia acreditada y con solo pocos meses de constituidos).
La siembra estaba programada para una entresaca o corte en su octavo año, es decir, (2013-2014) lo que no se realizó, dejando los propietarios de percibir unos ingresos ya programados. En muchos contratos de cuentas de participación, se estipuló que el propietario sería dueño de un 30 % de la madera.
Además, se estableció que el corte definitivo sería entre los años 2016 y 2017.
En el año 2018, en vista de que las partes (Finagro y los operadores) no se ponían de acuerdo para cortar la madera, y cumplido los doce años, los propietarios desesperados procedieron en estos años (2018-2022) unos a vender la madera unilateralmente, y los otros a esperar, mientras notaban que sus cosechas de madera empezaban a podrirse y sin respuesta alguna del Fondo.
La empresa operadora nos ha informado, mientras tanto, que la única que puede tomar la decisión es Finagro, como socia oculta de la plantación con una participación del 70 % de las hectáreas restantes.
Varios de los dueños de la tierra, y ante la falta de respuesta y los perjuicios ocasionados por el no corte definitivo contemplado para el año 2016-2017, interpusimos ante la Cámara de Comercio de Bogotá la cláusula de conciliación (ante la operadora), la cual no se acogió pues indicó que sin Finagro no podía tomar ninguna decisión. Además, que entre ellos estaban en una negociación en curso ante la misma Cámara de Comercio.
Han pasado ya casi 5 años y las partes restantes no se ponen de acuerdo para el corte y la comercialización de la madera, con el agravante de que la madera después de cierto tiempo se pudre y además ocupan nuestros terrenos que no son de su propiedad, ocasionando grandes y graves perjuicios a los propietarios de la tierra.
La pregunta es: ¿a qué juega Finagro?