Huir de la violencia que existe en Centroamérica es de las cosas más difíciles que hay. Hambruna, sobornos, extorsión, días sin dormir y la muerte: estos son los costos de miles de migrantes que le huyen y buscan asilo en Estados Unidos.
La fotografía más indignante, por estos días, fue la de una bebé de un año y 11 meses, y su padre. Ambos eran de El Salvador y fueron hallados en el Río Bravo, Tamaulipas hacia EEUU. La esposa Tatiana Vanesa Avalos y el joven Óscar Alberto Martínez intentaron cruzar el río con su hija, Valeria. Lamentablemente la corriente fue tan fuerte que terminó ahogándolos a los dos: Óscar intentó meterla en su camiseta, después de haberla puesto en sus hombros, pero el río les ganó y se acabó, los hundió. Tatiana tuvo mucho miedo y creyó ver la muerte cerca de ella, a punto de recogerla en ese río infinito que se expandía ante sus ojos, pero sus gritos de auxilio le permitieron ser salvada... la tragedia continuó cuando, junto a un grupo de rescatistas mexicanos, encontraron el cuerpo sin vida de sus familiares y los reconoció inmediatamente.
En ese mismo momento la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos informó que encontraron los cuerpos sin vida de más familias, en ese caso fueron el de una mujer y tres menores en una zona de Mission, Texas. La mayoría son madres jóvenes que no hallan otra forma de vivir, sino huyendo de México.