Alguna pieza le faltará a María Fernanda Cabal, porque con su discurso o ideas no se puede construir algo realmente “cabal”. ¡Toda una contradicción! Y ahora que está en campaña política sostiene la misma línea de ser provocadora (pero irritante, no excitante, no nos confundamos). Incluso, para inflar su candidatura, al primogénito de Álvaro Uribe se le ocurrió decir que es la Angela Merkel colombiana, refiriéndose a la canciller alemana que lleva allá más de una década en el poder. Pero entre Angela Merkel y la Cabal hay distancias tan enormes, que lo que dijo Tomás Uribe es solo una ocurrencia.
Con solo decir que Angela Merkel es científica se desmoronan las comparaciones entre las dos; es más, a Angela Merkel le critican que se demore en algunas de sus decisiones porque las toma pensando científicamente. ¿Qué tiene de científica la señora Cabal? Sin embargo, otras comparaciones también marcan lo bien, bien diferentes que son: Angela Merkel partió cobijas con Helmunt Kolh, su mentor político, cuando esté huyo de Alemania por ser culpable de soborno y evasión fiscal (Francia después lo entregó en extradición), pero a pesar de los muchos y variados escándalos que tiene el expresidente Uribe, la Cabal se ha aferrado más a él. La Cabal hace parte de la política como un espectáculo, en cambio Angela Merkel es bien, bien alejada de ser objeto de entretenimiento.
La última descabalada de la Cabal fue decir que “no hay ningún derecho fundamental a la protesta, que eso es falso”. Otra demostración más que evidencia que hay una pieza que falta en ella, que hay en algo que no encaja y no la deja ser “cabal”; como por ejemplo, pensar antes de hablar, como lo haría Ángela Merkel. Dice ella, la Cabal, que el derecho fundamental es a la vida o al trabajo. Pues hay que decirle a la Cabal que no está en sus cabales, ya que precisamente cuando no está el derecho a la vida protegido, el hecho que sigan asesinando líderes sociales y manifestantes cuando protestan lo demuestra, la gente sale a manifestarse para exigir esa protección; igual, cuando la corrupción no deja que se creen empleos de calidad y las políticas del gobierno “flexibilizan” el empleo y permite que haya despidos injustificados, la gente tiene el derecho a manifestarse, a protestar. Protesta que está íntimamente ligada a la liberta de expresión.
Y como no falta el lado “espiritual” para hacer campaña politiquera, politiquero que se respete no solo debe hablar de Dios, sino también “conocerlo”, dijo la Cabal que “Dios es uno y Dios nos quiere libres porque somos espíritu y al espíritu nadie lo puede esclavizar”. Habla de Dios como si lo conociera, y al parecer los únicos que pueden esclavizar hasta el espíritu es el uribismo “puro” y duro. Pues por esa esclavitud que ha ejercido el uribismo sobre mucha gente, es que la gente sale a manifestarse, a protestar, a romper esas cadenas.
A nadie se le puede negar la libertad de expresión en una democracia, pero cuando alguien dice que “no hay ningún derecho fundamental a la protesta”, pienso que eso es una brutalidad de expresión tratando de eliminar la libertad de expresión.
