Aquella noche oscura de 1997, cuando tenía 5 años, 10 hombres armados a cargo de Salvatore Mancuso entraron en mi casa, nos amenazaron y se llevaron secuestrado a mi papá, un profesor de escuela pública. (Ver: Audiencia a exlíder de EPL)
A partir de ahí aprendí a vivir como en piloto automático: todos los días me levantaba, daba los buenos días, trabajaba, estudiaba, almorzaba, usaba el transporte público, pero siempre pensaba en que lo que le pasó a mi papá no puede ser normal en ninguna parte del mundo, que Colombia tiene que poder cerrar ese capítulo espeluznante de los desaparecidos. Medicina Legal y el Centro de Memoria Histórica coinciden en que la cifra de víctimas de desaparición forzada en Colombia es de 82.998 entre 1958 y noviembre 15 del 2017.
Me preguntaba si había algo peor que esa incertidumbre: ¿dónde está?, ¿quién se lo llevó?, ¿por qué se lo llevaron? Si al menos tuviera una tumba que visitar...
Toda esta situación me llevó a pensar que se podía pasar "más allá de la esperanza". Ya era un joven y me decidí por salir a contar, preguntar e indagar por lo ocurrido con mi padre. La búsqueda fue implacable en un proceso de 20 años: mandando cartas, presionando a las instituciones y hablando incluso con los victimarios como el propio Mancuso, quien en 2008 decidió no darme la información de donde estaba mi padre y prolongar la desaparición y mi dolor.
Al llegar el 2017 y como una recompensa a la resiliencia, lucha y resistencia de un crimen atroz, de la mano de la Fiscalía, un desmovilizado y la comunidad pudimos ubicar una fosa común en la cual encontramos a 2 de las personas desaparecidas aquel 9 de enero del 1997, entre los que se encontraba Álvaro Taborda Álvarez, mi padre. (Ver: Tras 20 años de búsqueda, familia recibe restos del profesor Taborda, desaparecido por Mancuso)
Evidentemente, de ahora en adelante mi vida es otra. Pude acabar con esa incertidumbre, pero me aventuré a reivindicar la memoria de mi padre con el siguiente documental:
Mi misión de ahora en adelante es llevar un mensaje de fortaleza para quienes han vivido situaciones similares, además de recordarles que si se puede llegar "más allá de la esperanza" y lograr la tan anhelada reconciliación para que jamás ocurran nuevamente estos hechos trágicos y dolorosos.