Con la implementación de un sistema de movilidad privado que le cierra las puertas a la libre movilidad intermunicipal se ha echado en hombros múltiples manifestaciones de rechazo y un descenso abismal en el porcentaje de aceptación de los rionegreros, algo que claramente nunca es bueno para ningún gobernante.
Estas manifestaciones de rechazo ante las acciones que el alcalde ha realizado y anunciado no son por nada, puesto que no es necesario que alguien tenga una amplia formación empresarial, administrativa o financiera para enterarse que las cuentas y los cálculos que se promueven a favor de los cambios propuestos, no se ajustan a la realidad.
Impensable es pues que en una economía emergente como es la del municipio de Rionegro, catalogado como capital del oriente antioqueño, donde el movimiento comercial es muy alto y existan zonas de valorización que rozan con los estratos más altos del país, se quiera implementar un cambio en la movilidad que no es acorde a las nuevas estrategias económicas globales que buscan la libre movilidad, los lazos comerciales y el intercambio de mano de obra ¿acaso el alcalde se percibe en otra época?
Sectorizar el servicio de transporte generando un ingreso extra de capital y prometiendo una mejor circulación vehicular en el municipio a costa de cerrar la frontera intermunicipal y desgastar más el bolsillo del pueblo, no es una jugada digna de un gobernante que se supone debería tener la capacidad e inteligencia suficiente para generar ideas que aumenten el ingreso monetario sin desangrar la economía de las personas de a pie.
Más bajo aún es caer en la desfasada estrategia de generar la necesidad para que se acomode a la solución que se vende al pueblo, caso de la semaforización reciente del municipio, alcalde, ¿se ha dado cuenta que Rionegro no es el centro del universo?, ¿que su pueblo necesita de los demás municipios?, ¿que las personas no solo van a trabajar allá, sino que también hay miles de rionegreros que a diario se movilizan a los municipios cercanos a realizar sus labores? Si lo que se buscaba era que el transporte generara ingresos al municipio y no a sus vecinos, ¿porque no le apostaron a la creación de un servicio intermunicipal que generara impuesto al trayecto? Así, si las personas viajaran de La Ceja a Rionegro, el impuesto sería para Rionegro y como este municipio es el más visitado en el oriente, seguro que se llevaría las mejores cifras.
En fin, Rionegro es un pueblo encantador, con una economía sólida que aumenta año tras año, pero que va a necesitar afianzar sus lazos con los demás municipios, pues son estos los que le han aportado los vínculos comerciales que hoy lo tienen como un referente nacional, la empresa privada tiene que tomar cartas en el asunto y no permitir que los mandatarios cometan el error de desestabilizar el ambiente regional y convertir al municipio en la Corea del Norte antioqueña, afectando los ingresos tanto de las empresas como de todos los pobladores.
