A los 26 años Dumoulin parecía que iba a ser el gran amo del ciclismo mundial. Le ganó sorprendentemente el Giro de Italia a Nairo Quintana y, desde entonces, parecía ser un monstruo. Pero las lesiones, las caídas, y la misma depresión, la pérdida de confianza en sí mismo, hicieron que pusiera el pie en tierra. Hace rato Dumoulin tuvo que aceptar que ya no sería el mismo. A los 30 años, el ciclista del Jumbo, quien trabajó como gregario para Roglic, decidió dejar el ciclismo. Se cansó de frustrarse, de ahogarse, de no cumplir las promesas. Al menos se retirará temporalmente. Está bloqueado.
Lo de Dumoulin deja claro que para estar en la élite del ciclismo mundial hay que trabajar mucho y esto hace admirar aún más una carrera como la de Nairo Quintana o Rigoberto Urán, quienes llevan más de una década siendo protagonistas de la élite del ciclismo mundial. La noticia de Dumo ha sido un baldado de agua fría para sus miles de fans desperdigados por todo el mundo.