Alguna vez un periódico español tituló de la mejor manera sus hazañas: "El hombre que se convirtió en agua" Es que ha sido el gran rey de la natación mundial. El nadador de Baltimore sumó 28 medallas olímpicas de las que 23 fueron de oro. Todo comenzó en Atenas 2004 y se convirtió en estrella en Pekín 2008. Aunque había anunciado su retiro para las olimpiadas de Londres e el 2012, su estela de triunfos continuó hasta las olimpiadas de Rio 2016. Sin embargo, a sus 35 años, Phelps está muriendo de tristeza.
Nicole Phelps, su esposa, le gritó al mundo la angustia que vive. Es que en los primeros meses de la pandemia incluso llegó a hablar de suicidio: Soy alguien que ha pasado por al menos tres o cuatro periodos de depresión fuerte después de los Juegos Olímpicos, y llegué a poner mi vida en peligro".
Nicole, quien fue Miss California, y el nadador más ganador de la historia tiene tres hijos. Nicole le dijo esto al medio Today de Estados Unidos: "Después de que Vanessa Bryant perdiera a Kobe, todo lo que pude hacer fue mirar a Michael y decir: '¿Podemos ayudarte? Porque si te pierdo, no sé qué voy a hacer’"
Toda su angustia la reflejó en estas palabras: “Solía pensar, 'Oh, puedo arreglarlo. Puedo ser su terapeuta. Puedo ser lo que él necesita'. Pero lo que he aprendido es que no puedes responsabilizarte por cómo se sienten, no importa cuánto lo quieras". La ex reina es contudente en decir que los altibajos han sido aterradores. “Esta enfermedad nunca desaparece. Te da días buenos y otros malos. No alcanza una meta final. Lo he explicado muchas veces. La historia ha sido siempre la misma: habéis contado que Michael Phelps ha tenido depresión, la ha superado tras someterse a tratamiento, ha recogido un abanico de oros olímpicos en Río y ahora todo será perfecto. Ojalá fuera cierto (...) No lo es. Creerse eso es caer en la ignorancia. Alguien que no entiende a qué se enfrenta una persona que sufre ansiedad o depresión no tiene ni idea...” Y la pandemia no hizo otra cosa que desarrollar aún más su tristeza La pandemia es un reto al que nunca pensé que me enfrentaría. Toda la incertidumbre. Estar encerrado en una casa. Y todas las preguntas. ¿Cuándo acabará? ¿Estoy haciendo lo correcto? Estoy acostumbrado a viajar, competir, tratar con gente (...) Ahora mis emociones me envuelven. Siempre estoy pendiendo de un hilo. Siempre a la defensiva. Salto muy fácilmente”.
Phelps se enfrenta a la carrera más dificil de su vida.
