A Patricia Silva los colombianos la conocen como ‘La Monita’ de Sábados Felices. Sus personajes y presentaciones en el programa le han valido una carrera estable en el mundo del espectáculo colombiano la cual ya completa más de 30 años. Sin embargo, pocos televidentes conocen los dramas que hay detrás de esta rubia de impenetrables ojos azules que solo ha despertado carcajadas entre los colombianos. En alguna ocasión estuvo al borde de lanzarse del balcón de su apartamento en un onceavo piso. La depresión la había llevado hasta ese extremo.
A Sábados Felices llegó muy joven por cuenta de su parecido físico con la diva Verónica Castro, cuya parodia fue su primer personaje. Su primera oportunidad en televisión llegó cuando era solamente una niña. Fue Alfonso Lizarazo quien la vio por primera vez bailando en La Castellana. El músico quedó descrestado con los dotes histriónicos de la pequeña Patricia, quien desde los primeros años de su vida ya evidenciaba un interés por las artes escénicas y la actuación. En casa hacía presentaciones ante sus familiares y se veía triunfando como una actriz de televisión. No obstante, la vida misma la sorprendería al ubicarla dentro del humor. “Yo soy humorista porque el público me puso ahí” dice hoy sin vacilar.
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Su vida personal no ha sido fácil. Después de su primera vez quedó embarazada siendo muy joven. Tal era su inexpertica que su propia madre estalló en lágrimas cuando notó que su hija estaba embarazada. En efecto, la mujer lo notó primero que la propia humorista. Para ese entonces su padre, un estricto militar retirado, ya se encontraba muy enfermo. “Si hubiera estado bien yo no sé qué hubiera hecho” dijo alguna vez. De esta manera a su madre le tocó terminar de criarla a ella y al niño que venía en camino.
El haber sido madre prematura también fue una razón para que su carrera profesional empezara desde muy temprano. Terminó el bachillerato estudiando por las noches. Durante el día solo trabajaba y casi ni tenía tiempo para compartir con su hijo. Actualmente su hijo ya es un joven profesional que se abre camino en Estados Unidos. Como buena madre estricta, Patricia lo obligó a estudiar inglés pensando en que el idioma podría abrirle nuevos horizontes más allá de lo que hay en Colombia. La humorista no se equivocó.
Lo más complicado de la historia de Patricia Silva es que la depresión la golpeó con la mayor fuerza en el punto donde su carrera profesional estaba en la cúspide. La humorista ha llegado a decir que tenía los bolsillos llenos y el alma vacía. Fue ahí cuando contempló el suicidio como una solución. Sin embargo, en aquellos momentos tuvo el apoyo de familiares y algunos compañeros de Sábados Felices, a quienes considera casi como si fueran hermanos de sangre. Eso le permitió salir adelante.
Otro duro momento fue cuando, siendo víctima de la presión por lucir bien ante cámaras, decidió operarse los senos. Ella quería solamente levantarlos, pero terminó con un par de prótesis mucho más grandes de lo que había deseado. Posteriormente se le reventarían tras una caída y de esta manera terminaría retirándolos por siempre.
Actualmente la humorista se mantiene trabajando en Sábados Felices. En medio de la pandemia del Coronavirus hizo algunos monólogos que fueron difundidos en las redes del canal. De igual manera, los colombianos podían verla cada sábado en el programa que la ha hecho famosa. Además, en su cuenta de Instagram tiene casi 50mil seguidores que no se pierden una sola de sus publicaciones.