Hace unos días Daniel Day Lewis, el mejor actor vivo del mundo, volvió a ser noticias después de que se supo su accidente de motocicleta. Ahora reaparece con esta imagen desgarradora: el tres veces ganador del Oscar se ve con la mirada perdida en un banco en Nueva York. Tiene unos veinte kilos menos y se ve desorientado. A los grandes actores la locura es un fantasma que nunca los deja de perseguir. Basta recordar a Marlon Brando, excéntrico hasta la exquizofrenia o el delirio en el que está poseído Jim Carrey para saber que es cierto.
Desde su debut en 1971, el actor londinense no ha dejado de brillar. Sus papeles en Mi pie izquierdo, En el nombre en el padre o Lincoln, lo catapultaron como uno de los mejores actores de todos los tiempos. Pero actuar duele, sobre todo cuando se hace a un nivel sobrehumano como le sucedió a Day-Lewis, y muchas veces puede llevar al delirio.
Después de actuar en la última película de Paul Thomas Anderson, Phanton Thread, por el que seguramente ganará su cuarto Oscar, Day-Lewis dijo no más y se retiró de la actuación. Sus fans albergábamos el sueño de volverlo a ver actuar, que fuera solo una pataleta mas. Pero esta mirada perdida nos hace pensar en que está deprimido y que su juicio se ha trastocado