El pasado 25 de agosto la joven Julia Bernate* compró una caja de tampones marca Nosotras en la cadena de tiendas Makro en el norte de Bogotá. Días después, exactamente el 5 de septiembre fue a usar uno de los tampones y se encontró con tamaña sorpresa: un insecto dentro de uno de los productos. La repugnancia y la indignación hicieron que ese mismo día Julia se comunicara con la página oficial de Facebook de la marca Nosotras. Pero nunca contestaron. Tan solo una semana después cuando un amigo de ella se animó a revelar una foto en redes sociales con la prueba, la cadena de toallas higiénicas se comunicó con ella.
Iniciaron una seguidilla de llamadas cada día para preguntarle hasta por su segundo apellido y lo único que ofrecieron fue enviarle una nueva caja de tampones. Incluso, solicitaron su dirección para recoger al zancudo y al tampón, aunque la afectada tiene guardadas las comunicaciones con la marca y las fotos que prueban lo sucedido. Además de la indignación porque el servicio al cliente de Nosotras trató de ignorar su queja por varios días, la joven cree que la marca debería excusarse públicamente con todas sus clientas porque quién sabe si, de no haberse dado cuenta de lo que iba a usar, le hubiera pasado algo a su cuerpo.
*El nombre de la afectada fue cambiado a razón de su intimidad