Es desconcertante ver cómo la inocencia e ingenuidad del ser humano ha tocado límites, sin duda alguna es difícil de creer y ver como una sociedad determina sus ideales, pensamientos u opiniones políticas, sustentandose en estúpidos memes e imágenes que circulan y venden su equívoca información como pan caliente.
Albert Einstein, lo sostuvo a través de su muy reconocida frase, “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad; el mundo solo tendrá una generación de idiotas”. Es por ello que la tecnología o más bien su uso inadecuado, poco a poco convierte al ser humano en un analfabeta informático carente de ideas y argumentos, pero sumiso a lo que su Smartphone de alta gama, con alta capacidad de memoria y excelente resolución fotográfica le notifique.
Quizás es algo que sorprende, quizás no, depende del ángulo y perspectiva como se mire, porque para nadie es un secreto que desde la televisión se observa a las élites utilizando sus artimañas para presentar al pueblo lo que os conviene, lo que les interese vender, y lo que mejor les posicione. Sí, pero primero cae un mentiroso que un cojo, y desde que el colombiano inició a notar que los medios distorsionan y su rating se vio debilitado, apareció el arma mágica para las elites, la solución a su eventual problema, hecha única y exclusivamente para atacar la realidad de un país de una manera irreal, maltratando, agobiando y distorsionando el pensamiento del pueblo colombiano.
Esto a partir de inescrupulosas noticias expuestas en redes sociales y que brotan a flor de piel cada vez que un acontecimiento importante está por suceder, cada vez que un proceso electoral está en marcha, cada vez que un país debe ponerse a reflexionar cuáles son los cambios que necesita, y cada vez que la democracia se pone en juego.
Es realmente preocupante esta situación. Es algo que ya sucedió en el país que es considerado por muchos como el más poderoso y más influyente del mundo. En EE.UU, se vio reflejado cómo el populismo de Donald Trump pudo derrotar los ideales de Hillary Clinton, la cual hasta días antes de las votaciones dominaba las encuestas.
Es también de película e increíble concebir la idea de qué informáticos rusos hayan tenido injerencia en un proceso electoral de esta magnitud. Pues a través de las redes sociales e informaciones falsas se utilizaron miles de artimañas (videos, polémicas, y falsas acusaciones) para dañar la imagen de cada candidato de cualquier forma posible.
Es por ello que ya los sentipensantes no debemos comer y tragar entero de lo que vemos en las redes sociales, ni tampoco creer fielmente lo que leemos u oímos en las noticias. No debemos olvidarnos que desde los medios de comunicación se inicia a distorsionar la información, bajo objetivos muy claros de las elites, que buscan generar polarización de la población.
El mundo ha cambiado, es triste y es humillante no poder hacer nada para tratar de cambiarlo. Toca recurrir a los escritos, a la estadísticas, a la investigación, y son los hábitos que cada día los colombianos más abandonamos.
¿Sabía usted que de acuerdo al MINTIC, Colombia se encuentra ubicado entre los 15 países más activos y con mayor cantidad de usuarios registrados en redes sociales?, es casi imposible ver un colombiano que no tenga acceso a estas ventanas informáticas llenas de distracción comunicación y entretenimiento.
Es por ello que existe preocupación y el temor es latente. Ya con el plebiscito por la paz sucedió, las encuestas daban a un país aceptante, que daba el sí, a que la paz era la mejor vía para un país que por más de medio siglo ha sufrido el miedo y terror del conflicto armado, y a la final la distorsión de información a través de redes sociales, con frases como “el gobierno le entregara el poder y el país a las FARC” impulsaron en masa y como espuma el no. Ahí están los resultados, el no ganó. Y lo irónico es que gran parte de los votantes lo hicieron sin leer ni un solo punto de los acuerdos.
El problema del colombiano es que no lee, no se informa, no consulta, no habla con expertos en el tema, el colombiano es como el ganado del dueño de la finca que arrea las vacas de las lomas al corral, por donde va uno coge el otro. El colombiano se deja envolver, se deja engañar por un dulce como niño en Halloween.
Es inevitable como esta nueva generación, observa cómo se mueve la maquinaria política, ahora ya no solo es a través de letreros, afiches, pancartas, publicidades o compra de votos, sino por medio del arma que ahora aparenta ser la más letal, las redes sociales.
En Colombia existen personas que sus votos están determinados por imágenes que hayan visto en Facebook o por un audio oído en WhatsApp. Es espeluznante.
Esto es algo que se muestra como una bestialidad insensata. Nuestro país en recesión económica desde que bajaron los precios del barril del petróleo, acompañado a su vez de la fuerte política fiscal expansiva desarrollada por el gobierno, que incrementó el déficit fiscal. Además de esto surgieron nuevas reformas tributarias que afectan las firmas, que afectan el consumo, que afectan la inversión doméstica, que desestimulan la economía y aun así existen masas de personas que por desconocimiento y a través de sus decisiones electorales no nos dejan avanzar.
A demás de esto el panorama político en colombia no es nada alentador, paso de castaño a oscuro desde que se han destapado las ollas de los grandes hechos de corrupción, aunque en realidad no sorprende, porque en colombia siempre ha existido, pero ya ha llegado al punto del máximo descaro, de cómo roban nuestro dinero en frente de nuestras propias narices. Es el cinismo más grande del mundo, es indignante ver cómo se utilizan de manera tan ineficiente nuestros recursos. Y si señores, en colombia no falta plata, no falta recursos, la plata la hay, el dinero lo hay, el problema es quien lo administra, a quien se le da, que es lo que hacen con él.
Estamos acercándonos con el pasar de los días a un nuevo proceso electoral, donde el país y sus regiones, se movilizaran a tratar de lograr por medio de su voto un cambio anhelado, el colombiano está cansando, estamos como vulgarmente se dice en la calle, mamados. Se necesita el cambio, se necesita un presidente con ideas, se necesita gente preparada, gente que en verdad quiera trabajar por este país, porque bastantes cambios si necesitamos, pero para poder escoger de una manera acertada y con el menor margen de error posible, debemos dejar de lado los desatinos que nos carcomen día tras día, tragando de lleno informaciones que son viles falacias, con el fin de manipular, simplemente buscando generar división en el pueblo colombiano y sembrando incertidumbre en un país que a gritos exige una reestructuración en materia política y de leyes.
Que bien consentidoras que son para los bandidos de este país. Porque de nada sirve tener tantas leyes en una constitución si ninguna es ejemplar para los corruptos que nos les duele robar lo logrado por el trabajo de los demás para satisfacer sus bolsillos y el de sus familias.
Es por esta razón, que ya es hora de reflexionar, ya es hora de dejar de tragar de lleno, ya es hora de informarse adecuadamente, de leer las propuestas de los aspirantes, de ser críticos y luego ir con un pensamiento e ideal claro a depositar su confianza y ejercer su derecho al voto en aquel candidato que para usted será la mejor opción y que crea que puede brindarle un cambio esperado a esta nación.
