Nada es políticamente correcto cuando es moralmente equivocado.
Daniel O’Connell
EL proceso electoral del pasado 9 de marzo dejó como evidencia, que aún en Colombia el electorado no cuenta con la libertad plena de ejercer su derecho al voto. La democracia colombiana fue literalmente emboscada por la clase política. A través, de una serie de irregularidades antes y durante el proceso electoral. La Directora de la Misión de Observación Electoral-MOE-, Alejandra Barrios, señalaba a medios de información que las denuncias por compras de voto, publicidad ilegal, financiación de campañas sin control, fueron las constantes en el proceso electoral .Sin mencionar, que el acoso laboral también fue denunciado como una estrategia de coacción electoral.Ademas,en el año 2013,el presidente de la U Sergio Díaz Granados advertía al Consejo Nacional Electoral-CNE- que: “ponerle un límite de 300 millones de pesos para candidato al senado es realmente irrisorio…” no les bastaba la repartición de la mermelada. Y el CNE, incremento la financiación estatal a las campañas políticas en un 18%, por ejemplo, las listas al senado estarían por el orden de los $74.053.868.791.
Sin embargo, la Misión de Veeduría Electoral de la organización de los Estados Americanos-MVE-OEA, en Colombia, observaba algunas debilidades como la abstención, los votos en blanco y los anulados. Estas realidades, que preocupan a este organismo internacional, es el rechazo a un comportamiento como el de la corrupción generalizada que vive el país. En el 2013, la comisión Nacional Ciudadana para la lucha contra la Corrupción (CNCLC) en su balance de fin de año denunciaba que la corrupción le había costado a la economía colombiana cerca de 800 millones de dólares.Esto,se agrava cuando el Barómetro Global de la Corrupción de Transparency International,menciona que más de la mitad de los colombianos encuestados creen que la corrupción ha aumentado en los dos últimos años y que los partidos políticos y el Congreso se perciben como las más corruptos. Para colmo de males, los políticos forzan al pueblo para que acepten a sus hijos, como los herederos de su reinado en la política ¡qué tal!
El presidente Santos, se dirigió a los colombianos, después de culminado el proceso electoral y manifestó que la votación obtenida por la coalición: “Es una señal importante para el país y para el mundo entero, que la inmensa mayoría queremos la paz”. No se equivoca, el presidente Santos. El pueblo colombiano quiere la Paz…con justicia social. El modelo neoliberal, es un enemigo acérrimo de la Paz…si hablamos de una paz larga y duradera. Es un modelo económico empobrecedor, ruinoso y tan peligroso como Álvaro Uribe Vélez. Según el informe sobre “El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo (Sofi) 2013, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Colombia es el país de la Alianza del Pacifico con más personas en estado de desnutrición, y también es el único que no ha logrado cumplir con los objetivos de desarrollo del milenio, pese a tener un crecimiento económico relativamente sostenido desde el 2011.
El próximo congreso, llega con grandes debilidades, una de ellas la marcada abstención, unos 19 millones de colombianos no ejercieron su derecho al voto, el sistema democrático esta en jaque. Por otro lado 900.000 colombianos, dieron una cátedra de democracia, cuando optaron por el voto en blanco sin ningún tipo de constreñimiento. Y el voto nulo, que están por el orden de los 1.500.000, no se le puede atribuir a la “ignorancia” del elector, comienza a mostrarse un gesto de rebeldía electoral. Pero, lo más grave, es que un gran porcentaje de los congresistas elegidos tienen una dudosa reputación y comienzan a ser cuestionados.
Este congreso, comienza subestimando al pueblo colombiano. A la abstención, al voto en blanco y al voto nulo le deben hacer la lectura correcta. La movilización social será un ingrediente importante en este año para defendernos de la agresión legislativa que no se hará esperar.
AL candidato-presidente, le espera una larga alfombra blanca.